Paseando por el Olimpo de los dioses II

VISITA A LA PLAZA DE SYNTAGMA, LA ACRÓPOLIS, EL ÁGORA ANTIGUA Y EL MUSEO DE LA ACRÓPOLIS

Cambio de guardia

     A la mañana siguiente, amaneció gris el cielo de Atenas y todavía con el susto en el cuerpo nos acercamos hasta la Plaza Syntagma a presenciar el Cambio de Guardia, que se realiza ante la Tumba del soldado desconocido y el Parlamento griego. Los domingos a las 10 : 45  el cambio de guardia es más solemne y participan en él un mayor número de soldados, acompañados de una banda de música. Los soldados reciben el nombre de evzones, son miembros de la guardia presidencial griega y se encargan de custodiar la tumba del soldado desconocido y el Parlamento,  van vestidos con uniformes de época, compuestos de un gorro del que cae su característica coleta,  falda blanca con pliegues, zapatos con pompones negros y  una placa metálica que suena al andar. Hacen un desfile muy curioso, con una coreografía compuesta por pasos militares.

Desfile militar en el cambio de guardia

    En la plaza se encuentra el Parlamento, antiguo Palacio Real, el cual fue construído entre 1834 y 1838. En 1924, la monarquía fue abolida por referendum, pasando dos años más tarde el parlamento griego y la sede presidencial a ocupar el edificio real. El edificio arquitectónicamente no llama mucho la atención.

El Parlamento

     Después de haber presenciado el cambio de guardia, nos acercamos a la boca de metro que se encuentra en la misma plaza, para trasladarnos en él y así llegar lo antes posible a la Acrópolis. El billete cuesta 1,40 euros por persona y desde que se valida te permite viajar en el mismo hasta 90 minutos. Hay que bajar en la estación que lleva su mismo nombre,  Acrópolis, desde allí la entrada sur al recinto está cerca, hay que coger el paseo Aeropagitou y caminar unos metros hasta dar con ella.

Teatro de Dionisio

   El recinto de la Acrópolis, en la época del año en que viajamos es gratis los domingos hasta las 15 horas. Entramos por la puerta sur y lo primero que visitamos fueron los las construcciones que rodean la Acrópolis. En primer lugar, nos encontramos con el Teatro de Dionisio, su importancia viene dada por ser la cuna del teatro europeo. Aquí, es donde festejaban los griegos antiguos todos los años desde el siglo VI a.C. a su dios Dionisio con bailes y corales festivos. Posteriormente en el año 330 a. C. se colocaron gradas de piedra y el teatro adquirió una forma similar a la actual, en las tres primeras filas se colocaron asientos de marmol con respaldo para sacerdotes y otros dignatarios.Todavía hoy en día se puede ver el asiento central que estaba reservado para el sacerdote de Dionisio y un asiento de honor de marmol detrás de la primera fila para el emperador romano Adriano.

El Odeón

 
    A continuación, visitamos el Odeón de Herodes Ático, también situado en la ladera sur, fue mandado construir por Herodes Ático, en memoria de su mujer Apia Annia Regila, en el año 161 d.C. Tenía 32 gradas, con una capacidad para 5.000 espectadores. Las gradas son empinadas y el escenario estaba cerrado por una escena alta. El material reinante era el mármol, con una techumbre de madera de cedro. Nos gustó más este teatro, además de estar en  mucho mejor estado de conservación que el Teatro de Dionisio.

Ali con el Odeón y la colina de Filoppapos

    
       Seguimos subiendo por la colina hasta entrar en la Acrópolis, una de las visitas más esperadas del viaje a Atenas. La Acrópolis significa "ciudad alta", se alza sobre un zócalo de roca de 156 metros de altitud. Al inicio de su historia y durante siglos tenía una función defensiva frente a ataques enemigos. A lo largo de la historia las funciones y características de la Acrópolis han ido cambiando. Los rastros más antiguos proceden de la época micénica, siglo II a. C., en el punto más alto de la Acrópolis había un palacio de un monarca que gobernaba a su reino. Posteriormente en el 480 a. C. durante la segunda guerra médica, fue destuída por los persas. Y reconstruída en el 449 a. C. gracias al impulso de Pericles.

Vista de la Acrópolis desde el Ágora Antigua

 

Los Propileos

 
Se accede a la Acrópolis por los Propileos, creados entre el 437 y 432 a. C. por el arquitecto Mnesicles, era la puerta de acceso monumental a la Acrópolis. Se accedía a través de una amplia escalinata, con dos pórticos, uno de columnas dóricas y otro jónicas de mármol.

     

El Erecteion

      Visitamos después el Erecteion, el templo fue diseñado por Filocles y Mnesicles entre el 421 y el 408 a. C., era lugar de culto de deidades como Poseidón y Hefesto y de reyes como Crécope y Erecteo. Destaca la sala de las korés, son seis cariátides, muchachas que soportan el techo del pórtico. En la actualidad las cariátides que vemos son copias, ya que las originales se encuentran, cinco de ellas en el Museo de la Acrópolis, el cual visitaríamos posteriormente y una expoliada en el Museo Británico de Londres.

El Partenón

     

   El edificio más grandioso de la Acrópolis es el Partenón, construído entre el 447 y 432 a. C., su impulsor fue Pericles y los arquitectos que participaron en su realización fueron Ictino con la ayuda de Calícrates. Destaca la grandiosidad de  la doble hilera de columnas dóricas, 17 a en los lados largos y 8 en los cortos. La decoración escultórica del templo fue obra de Fidias, combinando metopas y un friso con motivos de la mitología griega. Aunque, a decir verdad, la visita al Partenón nos decepcionó un poco. Una parte del mismo está  en obras de restauración, con andamios y gruas que impiden una buena visión del templo y hace que pierda parte de su encanto.

     Otro de los templos que también estaban en obras cuando lo visitamos era el Templo de Nike, diseñado por Calícrates, entre el 427 y 424 a.C., compuesto de columnas jónicas, en él se veneraba a la diosa Atenea Nike. Desde la Acrópolis pudimos ver unas espectaculares vistas del Ágora Antigua, y hacia allí nos encaminamos, aprovechando además que empezó a salir el sol, dando por finalizada la visita a la Acrópolis. En la salida de la Acrópolis hay una indicación que señaliza el camino a seguir para llegar al Ágora Antigua, que al igual que la Acrópolis  la entrada era gratuíta el domingo.

El Ágora Antigua con el Templo de Hefestión

La Stoa de Átalo

     

   El Ágora Antigua era el centro de la vida comercial, social, política y religiosa desde el siglo IV a. C. hasta el año 580 d. C. Al entrar en el Ágora nos encontramos con la Stoa de Átalo, edificio con una galería porticada a dos niveles. No se conserva la construcción original, lo que vemos hoy en día es una reconstrucción, su único interés reside en que alberga el museo del Ágora.

 

En el Ágora Antigua

    Aprovechando que había salido el sol, dimos un agradable paseo por el Ágora Antigua, visitando los restos arqueológicos milenarios y desde la que se tenían unas maravillosas vistas del  Templo de Hefestión, al cual nos dirigiríamos posteriormente  y de la meseta de la  Acrópolis.

La Acrópolis e Iglesia Bizantina

Templo de Hefestión

     

   Llegamos al Templo de Hefestión, el cual se conserva casi mayoritariamente en su estado original, gracias en parte a que hasta el año 1834 fue utilizado como iglesia. Data de la segunda mitad del siglo V a. C., treinta y cuatro columnas dóricas forman un pórtico, en el que se alzaban las estatuas de Hefesto y de Atenea, a las que se daba culto. Este templo nos gustó más que el Partenón, se encuentra en mucho mejor estado de conservación y a diferencia del Partenón su interior no está al aire libre, si no que está cubierto con  una techumbre.

    Finalizada la visita al Ágora Antigua y para no tener que rodear, deshicimos el camino regresando hasta la Acrópolis y allí cogimos el agradable paseo peatonal de Areopagitou, flanqueado por uno de sus lados por edificios administrativos y embajadas, entre ellas, la española.

Ali en Areopagitou

En la terraza del Museo

     Recorriendo el  paseo de Areopagitou llegamos hasta el Museo de la Acrópolis, fue inaugurado el 20 de junio de 2009. El museo abre de martes a domingo de 8 a 20 horas y la entrada cuesta 5 euros, pero en nuestro caso coló  el "carnet de estudiante". Consta de cuatro plantas, así una planta baja en el que se encuentran el punto de venta de entradas, una cafetería y la tienda oficial. Un primer piso con restos arqueológicos entre otros, del Templo de Nike y  el Erecteion. Una segunda planta en la que se encuentran el restaurante, una terraza panorámica y un centro multimedia.

Las Cariátides

     La planta más espectacular sin duda es la tercera, donde se hallan los restos del Partenón y  las cinco Cariátides originales, la sexta está en el Museo Británcio de Londres. Cuando lo visitamos una de las Cariátides estaba en pleno proceso de restauración, un monitor explicaba el método que siguen para ello. Fue la parte del museo que más nos gustó, nos dejó gratamente impresionados el tallado perfecto de las túnicas de las Cariátides, en especial la perfección de sus pliegues y  del peinado.

Restos arqueológicos del Museo

Ali en la plaza con la Linterna de Lisícrates

     Cerca de la Acrópolis se encuentra la Linterna de Lisícrates, situada en una bella plaza del mismo nombre, rodeada de cafés, tabernas y terrazas, muy animada a esas horas. En las Dionisias anuales se realizaban en el el teatro de Dionisio representaciones teatrales, el ganador no era el autor si no  el corego, hombre acaudalado que pagaba al coro. Lisícrates lo ganó en el año 334 a. C. exponíéndolo públicamente. La construcción está formada por un pedestal cuadrado con un monumento cilíndrico de 10 metros de altura.

Posteriormente, buscamos un sitio para comer, porque ya era tarde y terminamos en la misma plaza donde habíamos comido el día anterior y en la misma taberna . Habíamos comido muy bien en ella y no dudamos en repetir  y tras un paseo después de la comida por los alrededores, dimos por finalizada la visita.