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Tomando una piña colada en una terraza de la Plaza Colón |
Ya de vuelta a nuestro alojamiento y antes de caer en los brazos de Morfeo, nos tomamos una piña colada recién hecha en la
Plaza Colón, en la Terraza Juan - Chón, no tengo palabras para describir lo rica que estaba, hummm !! Antes de retirarnos, no pudimos resisitirnos a echar una ojeada a la animosa
calle Fortaleza, como era sábado noche, se encontraba repleta de gente tomando sus rones en las terrazas, pero no era el momento de dejarse llevar por el bullicio y justo al lado se celebraba una feria con puestos de comida, bebida y artesanía, hicimos una breve parada para ver con curiosidad como líaban el tabaco a mano en un puesto de la plaza, Tabacalera Ramos, después de un intenso y largo día, decidimos irnos a descansar.
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Liando el tabaco a mano |
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Plaza de Salvador Brau |
A la mañana siguiente, lo primero que hicimos fue asomarnos al balcón de nuestro alojamiento para presenciar las hermosas vistas que se tenían desde el mismo a la luz del día, de la Plaza Colón, el puerto, la calle San Francisco y el Capitolio. Y para empezar con fuerzas la visita de la ciudad, nos dispusimos a buscar un sitio donde desayunar. Caminamos por la
calle San Francisco, eje principal del viejo San Juan, donde a cada paso quedábamos maravillados del conjunto arquitectónico colonial que se encontraba muy bien conservado, casas de dos plantas con las fachadas en tonos pastales, balcones ornamentados y puertas de madera que abren hacia patios interiores, al estilo andaluz, herencia española de varios siglos. En nuestro camino, llegamos a una de la plazas más bonitas de la ciudad,
Salvador Brau, rodeada de alegres casas de colores. En uno de los laterales se encuentra la
Iglesia de San Francisco, fundada por los terciarios franciscanos. Después de varios intentos, pudimos visitar su interior, en el que destaca, sobremanera, el alegre altar decorado con frescos.
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Arquitectura colonial en la calle San Francisco |
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El altar de la Iglesia de San Francisco |
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Qué rico estaba el desayuno !! |
En la calle San Francisco se ubican dos de los
cafés con más tradición de la ciudad, Mallorca de 1848 y la
Bombonera de 1902, están relativamente cerca y después de echar una ojeada a los dos, nos decantamos por este último y no sabéis cómo estaba el desayuno, zumo de china ( naranja ), café con leche y una mallorca de mantequilla, dulce típico con diversos rellenos y que estaba deliciosa, el precio 10 dólares. Hablamos con el camarero de la pelea ( boxeo ) que estaba en boca de todos y que se estaba televisando la noche pasada en todos los locales, Cotto había ganado a Margarito ...
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Café con tradición, la Bombonera |
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En la Plaza de las Armas esquina calle la Cruz |
Después de reponer fuerzas, retomamos la visita, llegamos a la
Plaza de Armas, la misma fue creada como plaza principal. Es el punto de encuentro de la sociedad boricua y en ella se halla la
Alcaldía, comenzada a construirse en 1602, fue completada en 1789. Accedimos a su interior, entrada libre, donde destaca una bonita vidriera con motivos florales y el techo artesonado. Otro de los puntos atractivos de la plaza son las
cuatro estatuas que representan las cuatro estaciones, con una antiguedad de más de cien años. Dando una vuelta por la plaza, nos fijamos en un banco muy concurrido, en el que todo el mundo quería sentarse para estar cerca de la escultura del compositor puertorriqueño de salsa
Tite, así que no íbamos a ser menos y esperamos nuestro turno para retratarnos al lado de él . Completa la plaza el edificio de la
Intendencia, ejemplo de arquitectura del siglo XIX. Aprovechamos la visita para dar una vuelta por los puestos de artesanía , hacer las primeras compras y comprobar la amabilidad de los locales.
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Vidriera con techo artesonado en el interior del Ayuntamiento |
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Las estatuas centenarias en la Plaza de Armas |
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Sentados con Tite |
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Arquitectura colonial camino de la Catedral |
Seguimos por la
calle del Cristo hasta llegar a la
Catedral, construída en 1521 y que a lo largo de la historia ha sufrido varias reconstrucciones a causa de los huracanes. La última restauración es de 1917. Su fachada es de líneas muy simples y ya en su interior destaca la tumba de marmol del explorador español y primer goberandor de la isla, Juan Ponce de León.
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Vista de la Catedral desde la Plaza Felisa Rincón |
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Plaza de las Rogativas |
Continuamos la ruta por la
Plaza Felisa Rincón, que ya habíamos visitado la noche anterior. Nuestra siguiente parada fue la
Plaza de las Rogativas, una plaza lindante con las murallas de la ciudad y que está presidida por un conjunto escultórico de Lindsay Daen que da nombre a la plaza, representa una procesión de mujeres acompañadas del obispo, simbolizando un hecho histórico que sucedió en 1797. Durante el asedio inglés a la ciudad, las mujeres formaron una procesión, para pedir ayuda divina, portando antorchas y haciendo sonar las campanas, los ingleses ante el alboroto y las luces creyeron que habían llegado refuerzos y decidieron irse, dejando libre a la ciudad. Desde este punto de la plaza se tienen unas bellas vistas de la bahía y de la Fortaleza. Esta parte de la ciudad está rodeada por las murallas con el conocido
paseo del Morro y salpicadas del símbolo de la ciudad, las pequeñas
garitas.
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La Plaza de las Rogativas rodeada de vegetación |
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Las murallas y el paseo del Morro |
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La garita, símbolo nacional |
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La puerta de San Juan |
Atravesamos la
Puerta de San Juan, para salir al paseo que bordea las murallas, era una de las seis pesadas puertas de madera, que se utilizaban para cerrar la ciudad y así protegerla de los invasores. Los dignatarios españoles cuando llegaban a San Juan, pasaban por ella desde la caleta San Juan hacia la Catedral, donde daban gracias a Dios por haber llegado sanos y salvos a la ciudad. Muy cerca está la
Capilla del Cristo, construída en 1753 y en la que destacan las pinturas de Campeche y el altar.
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La capilla del Cristo |
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Trolebús por el viejo San Juan |
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Teatro Alejandro Tapia y Rivera |
Después de un pequeño receso en nuestro alojamiento, retomamos la visita en la
Plaza de Colón, originariamente se llamaba Plaza de San Jaime y fue en 1893 con motivo del cuatrocientos aniversario del descubrimiento de Puerto Rico cuando fue rebautizada con su actual nombre. Preside la plaza la
estatua del descubridor, en su pedestal se recuerdan tallados en bronce momentos de la vida de Colón. Uno de los edificios que bordean la coqueta plaza es el
Teatro Alejandro Tapia y Rivera, famoso dramaturgo puertorriqueño, el edificio fue construído en 1832 y la última remodelación data de 1987. Hoy en día alberga importantes obras de teatro, conciertos y ballet. Completa la plaza otro edificio emblemático de la capital, el
Casino, construído antes del inicio de la I Guerra Mundial, su exterior sigue el modelo de las mansiones francesas de Luis XVI. Destacando, en su exterior su gran cúpula de bronce y en su interior, el salón de baile y la lámpara de araña de enormes dimensiones que cuelga de su techo.
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Estatua al descubridor Cristobal Colón |
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El Casino visto desde el balcón de nuestro alojamiento |
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Calle Fortaleza |
Tras una visita a la siempre animada calle Fortaleza, nos acercamos hasta el
Castillo San Cristobal, Patrimonio de la Humanidad. En el centro de visitantes compramos una entrada para visitar las dos fortalezas, 5 dólares con derecho a visitarlas ilimitadamente durante una semana. La fortaleza fue construída por España para proteger a San Juan y El Morro de los ataques de los países rivales, tardándose más de ciento cincuenta años en terminarse todo el complejo. Fue diseñado por el ingeniero irlandés O´Daly, el cual sirvió a España porque ésta era enemiga de la rival de Irlanda, Inglaterra. Es la fortificación europea más grande de America, aunque en 1987 perdió algunas de sus defensas exteriores con la demolición parcial de la muralla, para dar paso al crecimiento de San Juan. Desde la fortaleza se tienen unas bellas vistas de la bahía y de la Fortaleza El Morro, que visitaríamos posteriormente. El paseo por la explanada del castillo está salpicada de pequeñas garitas, como la del Diablo.Y en nuestra visita, tuvimos la compañía de las iguanas, que campaban a sus anchas por las zonas menos concurridas de la construcción defensiva. Nos llamó la atención que en las fortalezas de San Juan estaban izadas tres banderas, la de Puerto Rico, Estados Unidos y el aspa de Borgoña, que era la bandera militar española de la época y que así está explicado en las exposiciones que existen en las dependencias del castillo y que van narrando su historia y evolución hasta nuestros días.
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Garita El Diablo |
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Las tres banderas de Borgoña, Puerto Rico y Estados Unidos |
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Ali en la fortaleza |
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El parque con el castillo de San Felipe del Morro |
Tras un agradable paseo de treinta minutos por el
malecón, también llamado la Perla y durante el que agradecíamos enormemente las sombras que nos encontrábamos para aliviar el calor que a esas horas rondaba los 30º. Llegamos al
Castillo de San Felipe del Morro, más conocido como
El Morro. Antes de la entrada, hay que atravesar un parque, donde los boricuas disfrutaban de la tarde del domingo, dejando a un lado un pequeño cementerio antiguo, situado junto al mar. El Morro, Patrimonio de la Humanidad, fue construído para proteger a la bahía de los ataques marítimos. En la historia del complejo defensivo evolucionó de ser un promontorio con cañones a convertirse en una masiva fortaleza de seis niveles. Su interior se encontraba en mucho mejor estado de conservación que la fortaleza de San Cristobal. En su recorrido, admiramos un faro de 1908, aunque el primero fue realizado por ingenieros españoles en 1846. Conserva también baterías de cañones, entre ellas el de las 8 libras de 1767, construído en el Arsenal Real de Barcelona y que en su día disparaba a una distancia de 800 metros. Desde los miradores de la fortaleza se tienen unas vistas privilegiadas de la bahía de San Juan y de las islas más próximas, como la de Cabras con el fortín de San Juan de la Cruz, más conocido como el Cañuelo.
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El faro de la fortaleza |
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El cementerio y la bahía desde la fortaleza |
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El cañón de las 8 libras |
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En el interior del Castillo |
Con el recorrido por las dos fortalezas y el paseo de vuelta callejeando por el viejo San Juan, dimos por finalizada la visita a San Juan y nos dirigimos a la que sería nuestra casa durante los próximos días, el Carnival Victory. A las diez de la noche nos despedimos de San Juan desde la cubierta del barco y partimos rumbo a las Islas Vírgenes Americanas, Saint Thomas.
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Nuestro camarote |
Qué chulo es Puerto Rico!! La verdad es que como nunca había visto fotos de esta ciudad no me imaginaba que podía tener tanto encanto!! Y esa piña colada del primer día seguro que estaba de vicio!!!!
ResponderEliminarSaludos
P.D.: Ayyy por vuestra culpa, ahora tengo que añadir un destino más a la lista de destinos soñados! :-P
Qué bonito!! Y qué buenas vistas había desde el hotel!! El camarote está genial, a ver si pones más fotos estos días del Carnival Victory ;-)
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarGracias por los comentarios.
Carmen, el viejo San Juan tiene mucho encanto, además conserva en buen estado la arquitectura colonial española. No sabes cómo estaba de rica la piña colada...
Artabria, lo mejor del alojamiento era la ubicación, muy céntrico y las vistas, que eran geniales. La compañía carnival no tiene nada que ver con los cruceros españoles, es otra historia, recuerdo con nostalgia el servicio de habitaciones con los desayunos en la cama, encima era gratis...
Saludos.
Que bien pinta Victor...
ResponderEliminarMe encantan las fotos y lo que contais.
Y tengo que buscar informacion de las: Alcapurrias:-)
Bonito ,bonito el Camarote del Barco eh!!
Seguimos por aquíi...
Abrazos amigos
Buenas pareja! Nunca me ha llamado la atención el Caribe, pero como últimamente os estáis aficionando vosotros a ir y nos ponéis los dientes largos... poco a poco me estás picando jejejeje... Pero creo que lo primero que pisaré del Caribe será Cuba...
ResponderEliminarUn saludo y feliz salida de año!
Hola !!
ResponderEliminarAna, vaya ricas que estaban las alcapurrias !! El camarote estaba chulo, chulo y además con vistas al Caribe y a las islas a través del ojo de buey...
Victor, tocayo, el Caribe y como bien dices Cuba, la Habana tiene un ambiente muy, muy especial.
Un abrazo.
¡Qué maravilla San Juan! Por las fotos se ve que es precioso y la situación del hotel privilegiada.Ya me contarás cosillas de Carnival .Me imagino que es una compañia que nada tiene que ver con las nuestras españolas.El comienzo del crucero promete asi que espero impaciente el siguiente relato.Un beso
ResponderEliminarMe encantan los colores y la arquitectura de las casitas coloniales... te leo y me entran unas ganas enormes de visitar Puerto Rico!
ResponderEliminarYa nos contaras que tal por el crucero en el Carnival Victory, el camarote era enorme!
Un saludo
Os deseo a los dos una feliz entrada de año nuevo!
Hola,
ResponderEliminarGracias por los comentarios.
Pury, el viejo San Juan estaba muy cuidado y no veas que tranquilidad, los coches iban conduciendo muy, muy despacio. No había pasos de cebra, simplemente cuando te veían que ibas a cruzar o si sacabas una foto en medio de la carretera, paraban, no te pitaban nunca.
Raquel, la arquitectura colonial española era muy bonita y en perfecto estado de conservación. Carnival muy bien, con una mezcla muy curiosa de puertorriqueños y norteamericanos...
Un abrazo.
Vemos que Puerto Rico es un país caribeño con mucho encanto. El crucero promete mucho, ya nos contarás.
ResponderEliminarOs deseamos un feliz y viajero año 2012.
Hola cincuentones,
ResponderEliminarGracias por vuestro comentario y vuestros deseos para el próximo año.
Por favor, poneros en contacto conmigo por email que os tengo que comentar alguna cosilla elmundoatuspiescontacta@gmail.com
Un abrazo.
Vaya, la verdad es que la ciudad tiene muy buena pinta y la piña colada que os tomasteis antes de dormir más, jejejeje.
ResponderEliminarNunca he hecho un crucero pero creo que me estás convenciendo con tus relatos, el camarote tiene una pinta estupenda, tendré que probar!!!! Un abrazo y espero que tengáis una buena salida y entrada de año. ;-)
Hola Babyboom,
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
La piña colada estaba tremenda, el último día del viaje íbamos a tomarnos otra, pero como habíamos estado visitando antes la factoría bacardi y ya íbamos un poquito cargados, jeje lo dejamos para mejor ocasión...
Un abrazo y Feliz Año !!
Vaya, yo tampoco me imaginaba así a Puerto Rico!! Por vuestra culpa ahora tengo muchas ganas de hacer una incursión pirata por el Caribe...
ResponderEliminarHola Purkinje,
ResponderEliminarTe animo a que conozcas el Caribe, pero cuidado que engancha !!
Saludos bucanera.