Luces de París I

LLEGADA A PARÍS Y VISITA NOCTURNA A LA ÎLE DE LA CITÉ

   Y llegó el momento,  después de muchos años, de regresar a la ciudad soñada, añorada, idealizada, donde los recuerdos afloran a cada paso que das, rememorar lugares ya conocidos y descubrir nuevos rincones...su homogénea arquitectura de edificios señoriales con tejados de pizarra y abuhardillados, sus amplias avenidas, el equilibrio entre lo antiguo y lo moderno, la Torre Eiffel, el Arco de Triunfo, la Ópera Garnier...tantos iconos arquitectónicos !!  el río Sena con sus bellos puentes, la catedral de Notre Dame mitificada en la novela de Victor Hugo en 1831, sus cafés art decó testigos de tantas terturias literarias, el Museo del Louvre con una de las colecciones más importantes del mundo, la cultura que se respira por todos sus poros...París es siempre París.

Acogedora habitación en el hotel D'Enghien

   Nuestro vuelo de la compañía Vueling procedente de Asturias llegó puntualmente a la terminal oeste del aeropuerto de Orly París. Una buena elección para comprar vuelos baratos es Skyscanner. Para llegar a nuesto hotel decidimos escoger la opción del Orlyval, un tren que une en ocho minutos las dos terminales con la estación de Antony y donde enlazamos con la línea B del RER hasta el centro de París, al final resultó ser una opción lenta y cara, 11,30 euros por persona. Nuestro alojamiento, el hotel D'Enghien estaba situado cerca de la zona de los grandes bulevares, entre Ópera y Saint Denis. Una gran elección, habitación acogedora, bien situado, en una zona muy animada, llena de cafés, restaurantes, cines y teatros y desde la que podíamos ir caminando tranquilamente hasta el centro y con un precio bastante asequible para lo que es París.

Monumental Puerta de entrada de Saint Denis, próxima al hotel

Cine en el Bulevar de Poissonniere

Cartel "de los de antes" en la zona de los grandes bulevares

Torre de Saint Jacques

    Al anochecer y a  la luz de la luna,  camino de la île de la cité paseamos por las rues  Rambuteau y Saint Denis, esta última se encontraba con mucho ambiente, repleta de cafés, restaurantes y tiendas que aún permanecían abiertas. En nuestro caminar pasamos al lado de la imponente torre Saint Jacques, con sus 52 metros de altura, es visible desde varios puntos de la capital. Construída en estilo gótico flamígero en el siglo XVI, es el único vestigio que queda de la Iglesia de Saint Jacques que fue destruída en 1797 y que servía como lugar de encuentro de los peregrinos en su caminar hacia Santiago de Compostela.

Animado restaurante en la noche parisina

Reloj de la torre de la Conciergerie

   Y así fue como llegamos a uno de los puentes que atraviesan el río Sena, nos asomamos al caudaloso río con el marco incomparable de los edificios que lo bordean, uno de los más emblemáticos de la ciudad es la Conciergerie, antigua prisión donde esperaban el momento de ser guillotinados personajes históricos como Maria Antonieta o Robespierre. Hoy en día forma parte del Palacio de Justicia. Nos llamó la atención el bello reloj de la torre del siglo XIV, el más antiguo de la ciudad y que todavía funciona. A lo lejos se vislumbraba la imagen del principal icono de París, la Torre Eiffel, iluminando el cielo de la capital francesa.

Vista de la Conciergerie desde uno de los puentes del río Sena

La Torre Eiffel, icono de París, iluminando el cielo de la ciudad

 

Notre Dame celebrando su 850 aniversario

    Cruzamos el Sena por uno de sus bellos puentes, debajo de los que pasaban los barcos acondicionados como restaurantes, adentrándonos en la île de la cité, la isla del Sena, la zona más antigua de la ciudad y cuna del origen de París. Nuestros pasos se dirigieron hacia  la Catedral de Notre Dame, la joya de la isla y obra maestra del gótico. Nuestra visita al exterior del templo coincidió con un hecho histórico la celebración de su 850 aniversario y la instalación de las nuevas campanas de la Catedral. Numerosos fieles y curiosos seguían desde unas gradas instaladas para la ocasión los laboriosos trabajos llevados a tal efecto mediante el empleo de varias grúas..
Finalizamos nuestro primer día en París paseando por uno de los barrios más animados de la ciudad, el barrio latino, lleno de restaurantes étnicos en los que poder degustar platos de todo tipo y también de restaurantes de comida rápida en los que poder comer algo por un precio  menor y por supuesto, sin faltar cafés donde reunirse, alguno de ellos a un paso de la Sorbona. El nombre del barrio procede de la epoca medieval cuando sus habitantes, en su mayoría estudiantes, utilizaban el latín para comunicarse entre ellos.

Alicia con la Catedral de Notre Dame al fondo

Las nuevas campanas de Notre Dame