Castillo de Fougères

 
   El Castillo de Fougères y la ciudad medieval que se extiende a los pies del Castillo, han sido desde siempre fuente de inspiración de afamados novelistas como Balzac, Chateaubriand o Victor Hugo que escribió de ella "debería ser ritualmente visitada por todos los pintores" y hasta el conocido militar y escritor Lawrance de Arabia la describió como "la fortaleza más hermosa del mundo".

 



   Iniciamos la visita a Fougères en la Ciudad Alta, donde paseando te puedes encontrar con  una de las señas de identidad de la ciudad, fachadas con sus muros pintados con murales con efecto, pespunteadas por todo el centro histórico como la que se encuentra en la rue du Tribunal, la más conocida de la ciudad.

Muros pintados con murales con efecto en rue Tribunal

 

Zapatilla en Fougères que indica la ruta monumental a seguir

   Fougères presume de coquetas plazas como la de Lariboisière, Gambetta o Aristide Briand con el monumento a los caídos, o de edificios señoriales como el Teatro Victor Hugo de 1879. Y es que Fougères tuvo su apogeo a finales del siglo XIX con la llegada a la ciudad del ferrocarril en 1863 y sobre todo por la apertura de las fábricas de zapatillas, hasta 60 empresas se llegaron a contabilizar. La ciudad pasó de tener 11.000 habitantes hasta alcanzar los 25.000, a finales del siglo XIX. `Por éso no es de extrañar que, todavía hoy, se pueda observar sobre el asfalto de sus calles el dibujo de una zapatilla, es una forma original de señalizar la ruta monumental que se realiza siguiendo sus pasos.

Monumento a los caídos en la Place Aristide Briand en Fougères

 

Hotel de Ville en Fougères

    Seguimos el camino hasta el Hotel de Ville, el edificio del Ayuntamiento, una construcción de líneas austeras, edificado en piedra y de aspecto defensivo y a su lado, la entrada  al Parque Público donde está emplazado uno de los principales templos de Fougères, la Iglesia de San Leonardo, construida en el siglo XII con la creación de la Ciudad Alta, ya que debido al crecimiento demográfico de la urbe, se ocupó la meseta que domina el valle, fue reformada posteriormente en el siglo XIX en estilo neogótico y también los magníficos miradores, que rodean el paseo del Parque Público y que gozan de una vista privilegiada del castillo y la ciudad medieval.

El Parque Público con la Iglesia de San Leonardo en Fougères

Vista de la Iglesia de San Leonardo desde el barrio medieval de Fougères

   


    Asomarse a los miradores del Parque Público, es una experiencia inolvidable, ofrece una panorámica con espectaculares vistas de Fougères, el barrio medieval con sus casas de piedra y entramado de madera, el cauce del río Nançon y su magnífico Castillo, el icono de Fougères, que nos dejó sin palabras, no esperábamos encontrarnos tal maravilla.

Las vistas de Fougères y el río Nançon desde el Parque Público

El Castillo de Fougères

   El Castillo de Fougères está considerado la mayor fortaleza de Europa, situada sobre una prominencia rocosa y rodeado por el río Nançon. Se conserva tal como era en la segunda mitad del siglo XV. Su configuración representa la organización tradicional de las defensas medievales estructuradas en tres murallas : la primera sirve de filtro para las entradas, la segunda es donde se desarrollaba la vida diaria de la población y servía también de refugio en caso de guerra y la tercera, la más protegida donde se encuentra el núcleo del Castillo.

Casas de entramado de madera en el barrio medieval y la fortaleza de Fougères

El Castillo de Fougères y el barrio medieval

 

 

Casas de entramado de madera en el Quartier Medievaux de Fougères

   Desde el parque  se puede llegar hasta la ciudad medieval, siguiendo un sendero señalizado. Así nos adentramos en la Ciudad Baja, en el Quartier Médiéval, el barrio medieval, a los pies del Castillo en la ribera del río Nançon, que  antaño acogía los antiguos oficios de la ciudad, sastres, curtidores y tintoreros... Caminamos sobre el pavimento adoquinado de la Place Marchix, la Plaza del Mercado, el ágora de Fougères donde se celebraba antiguamente un importante mercado de ganado. Jalonada por encantadoras casas pintadas en tonos pastel con  entramado de madera y de piedra del siglo XVII.

 

La Place Marchix, la antigua Plaza del Mercado de ganado

Casas de entramado de madera en el barrio medieval de Fougères

     Continuamos el camino por la rue du Nançon pespunteada de casas con entramado de madera y que desemboca frente al icónico Castillo de Fougères, flanqueado por trece torres, bastiones y tres murallas, que lo han convertido durante siglos en una fortaleza casi inexpugnable, y que hoy día, además de visitar su interior, se puede rodear dando un agradable paseo. Nos despedimos de Fougères y su Castillo visitando el interior de la Iglesia gótico flamígera de Saint Sulpice, situada al sur de la fortaleza, fue construida a mediados del siglo XI, con el fin de dotar a la población de Fougéres que vivía fuera del Castillo de un lugar de culto independiente de la Capilla de Santa María emplazada dentro del Castillo.

Castillo de Fougères

El Castillo de Fougères, la mayor fortaleza de Europa