El Fuerte de Bahla, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987, la impresionante fortificación, la más antigua y grande del Sultanato de Omán , está enclavada en el Oasis de Bahla, a los pies de la cadena montañosa de Jebel Akhdar, en la región de Dakhiliya. Su construcción se debe a la tribu Banu Nebhan, que dominaba la región desde el siglo XII hasta finales del siglo XV, constituyendo un notable ejemplo de esta clase de edificaciones.
Nos habíamos desplazado desde la vecina ciudad de Nizwa, situada a 25 km del oasis de Bahla, ya desde la carretera, que conduce a la fortificación se puede contemplar la inmensidad del fuerte en lo alto de un promontorio, su imagen parece sacada de una película.
El oasis de Bahla está rodeado por una serpenteante muralla, que se extiende a lo largo de 7 km, se dice que fue diseñada por una mujer hace más de 600 años.
Bahla, no sólo es conocida por su fuerte y la fertilidad de su oasis, también es famosa por su cerámica y por las leyendas de la magia negra.
Contemplamos, casi en soledad, el majestuoso Fuerte, murallas y torres de ladrillo con cimientos de piedra y en el que destaca la torre del viento, conocida como Burj al reeh. La fortificación fue construida en diferentes fases, añadiéndose nuevos elementos a lo largo de los tiempos.
Tras más de dos décadas de arduos trabajos de restauración y gracias a los fondos de la Unesco, el fuerte abrió sus puertas.
Antes de continuar la ruta, nos asomamos al amplio mirador que se alza a los pies del Fuerte y que desvela ante nuestros ojos una bella panorámica, un verde oasis de palmeras enmarcada con la hermosa estampa de fondo de las montañas de Jebel Akdhar y la ondulante muralla, que protege Bahla y que por un momento nos recordó a la legendaria Muralla china.
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