
El Gran Buda de Kamakura, una estatua colosal, majestuosa, enclavada en plena naturaleza. Erigida en bronce en el siglo XIII, cuando se finalizó su construcción fue recubierta de pan de oro y guardada en el salón de Daibutsu. Sobrevivió a terremotos y tsunamis, no así el pabellón que lo albergaba, cuya estructura se vino abajo, dejando a la intemperie el Gran Buda, tal como se encuentra en la actualidad.

Para visitar Kamakura desde Tokio la mejor opción es ir en tren, 920 yenes por trayecto, la duración del viaje es de menos de una hora. Para ir caminado desde la estación de trenes al Gran Buda, hay que rodear la estación por detrás y tomar la calle de la derecha, caminar recto siguiendo la carretera y las indicaciones, se tarda aproximadamente media hora en llegar.

Se respira un aura de paz y solemnidad, una sensación única, todo ello en un bello marco, icónico, rodeado de un verde bosque, mientras el cielo azul, resalta aún más si cabe la espectacular imagen del Gran Buda.
Para visitar el Gran Buda de Kamakura hay que pagar una entrada de 200 yenes y 20 yenes más si se quiere visitar el interior del Gran Buda.
Para visitar el Gran Buda de Kamakura hay que pagar una entrada de 200 yenes y 20 yenes más si se quiere visitar el interior del Gran Buda.
Una buena opción es visitar el Gran Buda y después acercarnos al Templo de Hasedera, 10 minutos caminando, su visita merece mucho la pena.
Antes de continuar la ruta hacia el Templo Hasedera, no podemos dejar de visitar los cuidados jardines del templo Kotokuin, junto a los mismos se encuentran tiendas de recuerdos, religiosos e incluso de ricos dulces donde hacer un pequeño alto en el camino. Nos fuimos alejando, poco a poco, para seguir contemplando desde la distancia, la inmensidad del Gran Buda de Kamakura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario