Los Caballeros de la Orden de Malta V

PASEANDO POR LA ISLA DE GOZO

   

    En nuestro último día en Malta, no nos podíamos ir del país sin conocer una de los lugares más bonitos de Malta, la isla de Gozo. Los primeros habitantes se remontan al 5.000 A.C. Pero, una fecha ha marcado para siempre la historia de la isla, en julio de 1551 fue invadida por los turcos llevándose prisioneros a gran parte de la población hasta la localidad de Tarhuna. La historia de Gozo y del resto de Malta siempre han estado unidas, salvo un pequeño paréntesis de dos años de 1798 a 1800, en el que se mantuvo independiente. Para llegar a la isla, primero tuvimos que tomar el bus 401 en La Valeta, que nos acercó hasta la terminal de ferrys en Cirkewa, allí tomamos el barco que tras una travesía de veinticinco minutos nos llevó hasta Mgarr, ya en la isla de Gozo. El billete del ferry cuesta 4,65 euros. Durante el tranquilo recorrido en el moderno ferry,  pasamos al lado de la pequeña isla de Comino, desde los ventanales del barco pudimos ver en lo alto de la isla la torre defensiva de Santa María, construída en 1618 por orden del Gran Maestre Wignacourt, el arquitecto maltés Vittorio Cassar dirigió los trabajos.

En el interior del ferry

  

Vista de la Iglesia St. George desde las murallas

    Al llegar a Mgarr, tomamos nuevamente un atobús, el nº 301, que nos llevó a la capital, Victoria, más conocida por la población local por su antiguo nombre Rabat. Su actual nombre, Victoria se debe a una efeméride, los ingleses le cambiaron el nombre a la capital para conmemorar el sesenta cumpleaños de la reina Victoria.  Iniciamos la visita en la plaza principal, It-Tokk, que significa punto de encuentro, también llamada Plaza de la Independencia. Ya durante la dominación romana fue lugar de reunión con un animado mercado. En la misma plaza se encuentra también la oficina de turismo, donde nos hicimos con un plano de la ciudad. Detrás de la plaza se haya la Iglesia de St. George, del siglo XVII, durante el terremoto que asoló a la isla en 1693 se vió seriamente afectada y tuvo que ser reconstruída en 1818.

Callejeando por la Ciudadela de Rabat

  

Vista de Gozo

   Seguimos la ruta, ascendiendo hasta el principal punto de interés en Rabat, la Ciudadela, la parte fortificada de la ciudad, actualmente muy pocas personas viven dentro de la sus muros. Durante la Edad Media fue residencia de las familias nobles de Gozo. A la entrada del conjunto amurallado está la Catedral, de estilo barroco, fue construída entre 1697 y 1711por Lorenzo Gafa, está dedicada a Nuestra Señora de la Asunción. Continuamos paseando por las murallas desde la cuales se tienen unas magníficas vistas de Rabat y de la isla de Gozo.

En las calles medievales

En lo alto de las murallas

  

Palacio en la Ciudadela

   Dimos un agradable paseo, casi en solitario,  por el conjunto amurallado, pequeño y bien conservado,  disfrutando de sus estrechas calles medievales, mientras empezaba a salir el sol, después de la lluvia que había caído. Admiramos palacios, como el del Obispo,  edificios con historia como el Tribunal de Justicia,  antigua prisión, construída por los Caballeros y que fue utilizada por última vez por los ingleses. Casas nobiliarias que aún conservan en su fachada el blasón, muchas de ellas son actualmente museos, como la casa Bondi, del siglo XVII,  actual museo de Arqueología,  el de Folclore que ocupa el lugar de tres antiguas casas medievales y el de Ciencias Naturales. Y sin tiempo para más nos tuvimos que despedir de Rabat, acercándonos hasta la estación de autobuses, para ir hasta nuestro próximo destino en la isla, Dwejra.

La Torre del Reloj y a la derecha la antigua prisión

Blasón en casa nobiliaria

  

La ventana azul

   Tomamos el bus 302 que nos llevó hasta Dwejra, lugar donde se encuentran tres de los parajes marinos más bonitos de Gozo, la Ventana Azul, Inland Sea y Fungus Rock, todos ellos en un entorno idílico de espectaculares acantilados. A pocos metros caminando de donde nos dejó el autobús, visitamos primero la Ventana Azul, la naturaleza ha querido caprichosamente que tuviera forma de ventana,  la población local la llama It- Tieqa, "la ventana". Son dos grandes rocas sobre las que se apoya una tercera, con más de veinte metros de ancho y a través de la que pasan las cristalinas aguas del mar Mediterráneo. El entorno que rodea a este paraje natural, con sus acantilados de vértigo, el sonido del mar, y la luz que proporcionaba un día soleado como el que teníamos, es la conjunción perfecta de elementos que hacen de esta visita un momento especial del viaje, en el que apetece recrearse y dejarse llevar.

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Fungus Rock

   A pocos metros, está la Fungus Rock, también conocida como la Roca de las Setas y formando un marco incomparable se encuentran los imponentes precipicios, que crean un espectáculo único, mientras se escuchaba el sonido del mar rompiendo las olas sobre las rocas. Una curiosa historia está asociada a la Roca, en el siglo XVII el Gran Maestre Pinto prohibió el acceso a la roca, al pensar los Caballeros que un tipo especial de hongo que crece en la misma, tenía propiedades contra la disentería, de tal forma que la Orden se reservaba en exclusiva su recolección.

Amiguito que caminaba a sus anchas en Dwjera

Inland Sea

   Explorando el lugar, nos encontramos con el tercer paraje marino, que disfrutamos en Dwejera fue Inland Sea, es una pequeña laguna rodeada de acantilados. Su origen se debe a que en la base de la pared que forman las rocas del acantilado hay una estrecha abertura por la que el agua del mar se adentra y que dependiendo de  la perspectiva que tengas, puedes llegar a ver el mar al fondo. Es habitual que pequeñas embarcaciones pesqueras, que en esta época del año se encuentran varadas en tierra,  naveguen por la laguna, atravesando la abertura y disfrutando de la exploración de las grutas marinas. La laguna es también conocida por ser un lugar privilegiado para el buceo.

Pequeñas embarcaciones atraviesan Inland Sea

Puerto en Marsalforn

   Después de admirar la belleza de los parajes naturales marinos en Dwejera , regresamos a Victoria para tomar el bus 322, con destino al pueblo de Marsalforn. Las guías hablaban de un animado pueblo, pero nada más llegar intuímos que se trataba de una población turística de veraneo y que en invierno queda prácticamente desierta, porque al visitarlo nos encontramos con un pueblo fantasma, en el que todo estaba cerrado a las tres de la tarde. Así que tras una pequeña vuelta, regresamos en autobús a la terminal de ferrys  de Mgarr. A la llegada a Malta, nos esperaba una fuerte tormenta que nos acompaño durante todo el viaje hasta La Valeta.  A la mañana siguiente, a primera hora, tomamos un vuelo de regreso a España, sobrevolamos al amanecer Malta, la isla de Gozo donde pudimos ver desde la altura los espectaculares precipicios de Dwejra y la Fungus Rock, que habíamos visitado el día anterior y también la pequeña isla de Comino y así nos despedimos de nuestra estancia en tierras maltesas.

Paseando por Marsalforn