Cracovia, qué ver. Cuenta la leyenda que el príncipe Krakus, tras derrotar al dragón Smok que tenía aterrada a la población, fundó Cracovia, tomando la ciudad el nombre de su príncipe salvador. Cracovia está considerada la joya medieval de Europa Central, Patrimonio de la Humanidad desde 1978, conserva un extenso y bien conservado centro histórico, que milagrosamente sobrevivió a la II Guerra Mundial, con pintorescas calles adoquinadas, la Plaza del Mercado, de origen medieval, la más grande de su estilo, el Castillo y la Catedral, que coronan la colina de Wawel, el emblemático lugar de fundación de la ciudad de Cracovia y el floreciente barrio judío de Kazimierz.
Un buen punto de partida para visitar el bello y bien conservado centro histórico de Cracovia es comenzar fuera de las puertas de la ciudad, allí se encuentra la Barbacana, antigua fortaleza circular, levantada en 1499 para defender la ciudad de los ataques turcos. Antiguamente, un pasadizo unía la fortaleza con la Puerta de Florián. Fuera de las puertas de la ciudad, también se encuentran los jardines de Planty, el pulmón de Cracovia, una amplia zona ajardinada que rodea la ciudad extramuros y que se ubica en el lugar que ocupaban las antiguas murallas.
Podemos adentrarnos en la ciudad vieja cruzando la Puerta de Florián, la tradicional puerta de entrada a la ciudad, es la única que se conserva de las ocho que antiguamente tenía la muralla medieval que defendía a Cracovia en el siglo XIV. Atravesando la Puerta de Florián comienza la siempre animada calle Florianska, vía comercial, repleta de tiendas, cafés de estilo art nouveau, restaurantes, galerías de arte, casa de cambio y antiguos palacetes en los que se ubican museos y galerías de arte. La calle Florianska, recorre un tramo de la antigua Ruta Real que seguía el trazado de los antiguos cortejos reales, que conducían hasta el Castillo de Wawel. Siguiendo por la calle Florianska llegamos a la Plaza del Mercado, el corazón de Cracovia.
La Plaza del Mercado, Rynek Glówny, el antiguo ágora de Cracovia, de origen medieval, ocupa una superficie de cuatro hectáreas, la más grande de su estilo. Repleta de cafés, terrazas, restaurantes, puestos en los que los artesanos locales venden sus productos y mansiones barrocas reconstruidas que rodean la colosal Plaza. En la extensa plaza se concentran varios de lo edificios más importantes en la historia de la ciudad. La Iglesia de Santa María emplazada en el lado oriental de la Plaza, del siglo XIV, construida para rivalizar con la Catedral de Wawel, se distingue por sus características dos torres desiguales de 81 y 69 metros, visibles desde cualquier punto de la magnífica Plaza. Desde lo alto de las torres se tienen las mejores vistas de Cracovia. No menos espectacular es su interior con la bella bóveda azul de estrellas de su nave central.
Desde lo más alto de la Iglesia de Santa María, todos los días se asoma un trompetista interpretando una melodía inacabada, que rememora la leyenda de Hejnal, según la cual el vigía de la torre advertía de un ataque a la ciudad a toque de trompeta. En ese momento fue alcanzado por una flecha, interrumpiendo la melodía bruscamente.
En el centro de la plaza se sitúa La Lonja de los Paños, Sukiennice, uno de los emblemas de Cracovia, del siglo XIV, combina los estilos gótico y renacentista. Antaño fue centro medieval de comercio y en su interior se negociaba con especias y sedas traídas de Oriente. Actualmente, su planta baja acoge un bullicioso mercado de artesanía local y en su planta superior, alberga el Museo Nacional de Pintura con pinturas de artistas polacos del siglo XIX.
Completan la majestuosa Plaza del Mercado, la torre gótica del Antiguo Ayuntamiento, de 70 metros de altura situada en el lado oeste y la pequeña Iglesia de San Adalberto, de estilo románico, situada en un rincón de la Plaza.
Seguimos la ruta del antiguo Camino Real por el bello centro histórico de la ciudad, peatonal, lo que permite a visitantes y locales admirar con tranquilidad su rico patrimonio histórico artístico.
La calle Grodzka, una de las arterias más antiguas de la ciudad, une la Plaza del Mercado con el Castillo de Wawel. La animada calle Grodzka está flanqueada de cafés, restaurantes, tiendas de lujo, iglesias y palacios de los siglos XVI y XVII. En su recorrido nos encontramos con la Plaza de Santa María Magdalena, una de los rincones con más encanto de Cracovia y que guarda dos bellas Iglesias, la Iglesia de San Andrés, una de las más antiguas del país, del siglo XII de estilo románico e interior barroco y la Iglesia de San Pedro y San Pablo, la primera iglesia barroca de Polonia, data del siglo XVI, en su interior destaca su cúpula en la que oscila un péndulo de Foucault que muestra la rotación de la tierra.
En la calle Grodzka se conservan los bares de leche, herencia de la época comunista, en los que se sirven menús económicos a diario.
El final de la calle Grodzka, desemboca a los pies de la Colina de Wawel. En lo alto de esta Colina se fundó Cracovia y en torno a ella, se levanta la ciudadela que se asoma al río Vístula y que acoge dos de los iconos de la ciudad, el Castillo y la Catedral. El Castillo, sede de la corte polaca durante más de cinco siglos, desde el siglo XI al XVI hasta que en 1596 con el traslado de la corte real a Varsovia el Castillo fue abandonado. El edificio principal es de estilo renacentista, en torno a un gran patio interior de inspiración toscana, siempre repleto de turistas, se alzan tres plantas de galerías soportadas por columnas, que albergan en su interior varios museos y los aposentos reales bellamente decoradas.
La magnífica Catedral, crisol de estilos arquitectónicos, alzada sobre cimientos románicos y góticos, de estilo renacentista y decorada con elementos barrocos. Testigo mudo de la historia de Polonia, bajo sus muros se coronaron reyes y ha sido panteón de personajes ilustres de la ciudad. Destaca en su interior la capilla de Segismundo, una joya del arte renacentista y que acoge los restos de los dos últimos monarcas de Polonia
Dos visitas próximas a Cracovia y muy recomendables son las Minas de Sal Wieliczka a 10 km y el campo de concentración de Auschwitz, situado a 65 Km y al que se puede llegar en bus público desde la estación de autobuses de Cracovia
Al sur del centro histórico de Cracovia y próximo al Castillo, se encuentra el Barrio de Kazimierz, el antiguo barrio judío, fundado en el siglo XIV, antaño hogar de una importante comunidad judía, se calcula que antes de la II Guerra Mundial vivían en el barrio cerca de 65.000 judíos, que quedaron reducidos a la mínima expresión tras el traslado primero al gueto y la posterior deportación masiva a Auschwitz y a otros campos de concentración.
Tras la exitosa película la Lista de Schidler de 1993, llegaron al barrio turistas en busca de los escenarios donde se rodó lo película, fue el inicio del auge del barrio, abriéndose galerías de arte, cafés, restaurantes de gastronomía kosher, hoteles con encanto y con una animada vida nocturna que fue atrayendo poco a poco a todo tipo de turistas.
Entorno a la calle Szeroka, se concentran tres interesantes sinagogas, la sinagoga Remud, la única que aún presta servicios religiosos a la comunidad judía. Su interior es sencillo y destaca en el exterior su pequeño cementerio, del siglo XVI, uno de los cementerios judíos más antiguos de Europa, junto con el de Praga. Sus lápidas, entre las que destaca la del rabino Remud, conocido filósofo e historiador, fueron restauradas tras la II Guerra Mundial. La sinagoga Vieja, la más antigua de Polonia, fundada en el año 1500, alberga un museo de la cultura judía en su interior. La sinagoga Popper, recibe su nombre de su fundador Popper, un adinerado judío que vivió en el barrio en el siglo XVII.
Una de las sinagogas más bonitas del barrio judío es la sinagoga Tempel, situada en la calle Miodowa, su interior sorprende por su gran belleza, que recuerda en su decoración a la arquitectura árabe. Aún se celebran oficios religiosos y conciertos de música judía.
A nosotros nos encantó Cracovia. Es una ciudad fácil de ver, donde todo está cerca y en la que puedes ir de un sitio a otro andando. Si tuviese que elegir un lugar diría que es la plaza del mercado, siempre está animada, con gente, tederetes, espectáculos... Una ciudad que merece mucho la pena.
ResponderEliminarNosotros hicimos el mismo día las dos excursiones que comentas, a las Minas de Sal Wieliczka y al campo de concentración de Auschwitz. Para mi excursiones obligatorias si estás varios días en Cracovia.
Un abrazo pareja.
Gracias Alberto, totalmente de acuerdo contigo, a nosotros también nos encantó la ciudad, tienes mucho que ver y es cómoda de visitar porque puedes llegar a todos los lugares a pie Las Minas de Sal y sobre todo Auschwitz, son visitas imprescindibles si vas a Cracovia.
EliminarUn abrazo
Bonita ciudad Cracovia,espero al relato de Auschwitz :-)
ResponderEliminarUn beso Victor y Ali
¿Cuánto tiempo hace falta para cada una de las tres cosas: Cracovia, las minas y el campo? Teniendo en cuenta que a mí me gusta ver las cosas sin ir a la carrera.
ResponderEliminar