Chott El Jerid, un enorme desierto de sal
Nuestra ruta camino del desierto del Sahara del Grand Erg
Oriental nos conduce ineludiblemente al Chott El Jerid, el inmenso desierto de
sal de interminable horizonte. Es el lago salado, chott, de más de 5000 km, el
más grande de África, es inevitable detenerse para vivir la experiencia de
caminar sobre él y perder la mirada en su inmensidad. Cruzamos el desierto de
sal por una angosta carretera, reflejándose en el horizonte espejismos de
verdes palmeras, provocados por los minerales del suelo, que adquieren diversas
tonalidades, amarillas, rojas, verdes,...en consonancia con la altura del sol.
Douz, la puerta de entrada al desierto sahariano
Antes de continuar nuestra ruta hacia el Grand Erg, no
podemos irnos de Douz, sin subirnos a lomos de un camello, un divertido
paseo con nuestros amigos Rebeca y Sele de El rincón de Sele por las infinitas dunas del
desierto, que siempre implica un regateo previo para fijar el precio.
Hasta hace unos pocos años era muy difícil el acceso al oasis de Ksar Ghilane, por suerte, una nueva carretera une Douz y Ksar Ghilane en poco más de dos horas. En el camino pudimos contemplar las jaimas de los nómadas del desierto, una forma de asentamiento y de vida desde tiempos remotos, que aún pervive.
Ksar Ghilane, en las entrañas del Grand Erg Oriental
Ksar Ghilane, enclavado al este del Grand Erg Oriental, es
el último oasis antes de adentrarse en la inmensidad del desierto sahariano. Caminamos por las inmensas dunas de arena
fina, una arena diferente a todas las que hayas visto, de color rojizo, que se
extienden hasta donde la vista alcanza, es un momento único, tú y el desierto
en soledad.
Luego, al atardecer, comienza a refrescar, el cielo se tiñe de tonalidades rojizas, es el momento de contemplar el desierto desde otra perspectiva, las dunas del desierto sahariano se vuelven de color anaranjado, envuelto en la paz del desierto.
Varias son las actividades que se pueden realizar en Ksar Ghilane, desde alojarte en una lujosa jaima, bañarte en las pozas de aguas calientes a la luz de la luna, montar en camello o visitar las antiguas ruinas de una fortaleza romana, Tisavar.
Luego, al atardecer, comienza a refrescar, el cielo se tiñe de tonalidades rojizas, es el momento de contemplar el desierto desde otra perspectiva, las dunas del desierto sahariano se vuelven de color anaranjado, envuelto en la paz del desierto.
Varias son las actividades que se pueden realizar en Ksar Ghilane, desde alojarte en una lujosa jaima, bañarte en las pozas de aguas calientes a la luz de la luna, montar en camello o visitar las antiguas ruinas de una fortaleza romana, Tisavar.
Chebika, Tamerza y Mides, los bellos oasis de montaña
Muy cerca de la frontera con Argelia, se esconden tres
bellos oasis de montaña, Chebika, Tamerza y Mides, en un entorno singular, de
fértiles laderas, exuberantes palmeras y pequeñas cascadas de las que fluyen
aguas cristalinas.
Comenzamos la visita en Chebika, la antigua Ad Speculum de
la época romana. Un oasis de piedra y tierra, que aún conserva las ruinas de
las casas, abandonadas tras las inundaciones de 1969, incrustadas en la
montaña. El agua se filtra desde lo alto de un salto de agua, formando un valle
rodeada de un frondoso palmeral, digno de admiración.
Continuamos la sinuosa ruta hacia Tamerza, antiguo puesto militar durante el imperio romano y refugio bereber desde siempre. El paraje natural ha sido escenario de conocidas películas como “India Jones y el arca perdida” y “Star Wars”. Contemplamos un paisaje único, el bello oasis protegido por una cadena montañosa de granito, su verde palmeral y las pequeñas y bellas cascadas, de las que brotan aguas cristalinas.
Finalizamos la bella ruta de los oasis de montaña en Mides, el último oasis de montaña, enclavado cerca de la frontera con Argelia, es el más impactante de los tres oasis, situado sobre un profundo cañón, las vistas desde lo más alto son espectaculares. Después de visitar los oasis, puedes pasearte por los puestos de venta de artesanía que existen o aprovechar para tomarte un té a la menta o adquirir la típica rosa del desierto.
Tozeur, un paseo por su laberíntica medina y su exuberante palmeral
Tozeur, considerada la capital de las palmeras y base para
adentrarse en el sur de Túnez. Guarda una de las joyas arquitectónicas más
preciadas de Túnez, su laberíntica medina del siglo XVI, donde las fachadas de
sus casas y mezquitas, construidas en ladrillo y adobe, están ricamente
decoradas con motivos geométricos y tradicionales. La avenida más animada de la
ciudad es Habib Bourguiba, donde se concentran cafés, restaurantes y tiendas de
artesanía y souvenirs.
Pero, el rincón más mágico de Tozeur es su extenso
oasis, un frondoso y verde palmeral, la mejor forma de conocerlo es subido a
una calesa, una experiencia muy divertida.
Ohh que ilusión hace un año quisimos ir de viaje allí y por todo lo ocurrido no nos atrevimos a irnos, tengo esa espinita clavada de no poder conocer Túnez (de momento)
ResponderEliminarAl final nos fuimos a Oporto ,muy bonito pero todo lo contrario a lo que deseábamos.
Muy bonitas fotos Victor.
Un besin.
Gracias, Ana. Siento que aún no hayas podido conocer Tunez, un país con muchos alicientes para el viajero, pero que tristemente vive una situación inestable. Espero que pronto se normalice para poder viajar con un mínimo de tranquilidad y de seguridad.
EliminarUn beso.
A nosotros nos ocurrió como a Ana. Siempre dudamos por la inseguridad que vive el país. Magnifico reportaje.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias cincuentones, es una pena que un país como Túnez, que tiene muchos atractivos para el viajero y que tradicionalmente tiene mucho turismo, viva la situación política actual, que hace que muchos viajeros dejen de visitarlo.
EliminarSaludos