El Valle de Cocora, enclavado a 11 km de Salento, un paraje natural único, incomparable, la joya de los paisajes colombianos, forma parte del Parque Nacional Natural de los Nevados y es el hogar de la imponente palma de cera de Quindío, el árbol nacional de Colombia, que con sus más de 60 metros de altura se abre paso entre la niebla que habitualmente cubre el bello valle, elevándose hacia el cielo.
Salento, en el departamento de Quindío, famoso por su delicioso café, exquisitas truchas y por su arquitectura tradicional, concentrada en torno a la bulliciosa calle Real, que aún conserva el encanto de la época de la colonización antioqueña, caracterizada por el colorido de sus fachadas, ventanales y balcones adornados con flores.
En el Parque de Simón Bolivar, el ágora de Salento, todas las mañanas, parte el transporte hacia el Valle de Cocora, los famosos willys que salen cuando se llenan, llevando en la parte de atrás y de pie algún pasajero, habitualmente trabajadores de los cafetales cercanos, en el trayecto, que cuesta 3400 pesos y dura veinticinco minutos, nos adentramos en el corazón de las verdes montañas de Quindío, que parecen no tener fin.
El willy nos deja en la base del Valle de Cocora, a 2395 metros sobre el nivel del mar, en el Parque Nacional de los Nevados y desde donde ya es posible contemplar las majestuosas palmas de cera, declarada en 1985 árbol nacional de Colombia, que nace en las laderas de las verdes montañas en un paraje natural único. La palma de cera se caracteriza por su fortaleza, imponente belleza y gran longevidad.
Cabalgatas a orillas del río Quindío o simplemente caminar, dejarse llevar y disfrutar de la belleza y la inmensidad del valle son las opciones que podemos escoger.
El camino se bifurca en dos direcciones, la ruta más sencilla, que fue la que escogimos, apta para cualquier persona, que discurre paralelo al cauce del río Quindío y a donde a cada paso que das se puede apreciar la belleza sin parangón del valle, salpicado de la palma de cera, caracterizada por su color verde oscuro, hojas de gran tamaño, tronco fino cubierto de una capa de cera y que fácilmente supera los 60 metros de altura, entrecortándose entre la niebla que suele cubrir el valle de Cocora.
Y una segunda ruta, más exigente, que se adentra en el corazón del Parque Nacional de los Nevados, el bosque de niebla, un ecosistema propio de Quindío, árboles de pino, helecho arbóreo, yarumos, que nutren de agua al río Quindío. Pequeños saltos de agua, puentes colgantes, flora, fauna y avistamiento de colibrís son algunos de los alicientes de esta ruta por el bello valle de Cocora.
Menudo paisaje!! Son espectaculares esas las laderas de la montaña con las palmeras tan altas.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias Alberto, El Valle de Cocora es espectacular, un paisaje increíble que no te cansas de mirar.
EliminarUn abrazo