El Corniche de Mascate, al atardecer, cuando desciende el mercurio, es el momento ideal de disfrutar del cuidado paseo enclavado junto a la costa y que se extiende hasta el Viejo Mascate. El corniche está jalonado de casas de planta baja pintadas en blanco, que contrastan con el telón de fondo color siena que tiñe las montañas que rodean la ciudad y en el que aún es posible contemplar las lujosas casas de los mercaderes, sólo interrumpidas por las hermosas cúpulas y minaretes de las mezquitas que se elevan sobre el cielo de Mascate.
A la luz del atardecer, nos asomamos a la costa, donde los tradicionales dhows, testigos del comercio desde tiempos inmemoriales, permanecen fondeados. Llama a atención el contraste con el moderno y lujoso yate del Sultán Qaboos atracado en el puerto, que desde 1970 gobierna el país y que acabó con el aislamiento de Omán. Cafés con animadas terrazas, restaurantes y tiendas jalonan el cuidado corniche.
Otro de los rincones que no te puedes perder en el Corniche es la Lonja, su incesante actividad comienza a primera hora de la mañana, cuando los barcos procedentes en su mayoría de Qurayat desembarcan su preciada mercancía, poniéndose a la venta 75 tipos de pescado fresco.
El Zoco tradicional, el más viejo mercado de Omán, tiene su puerta de entrada principal en el Corniche. Aunque ha sido reformado, adentrarse en el souk es retroceder en el tiempo, perderse por las entrañas del mercado, observando la vida cotidiana del pueblo omaní y sintiendo el perfume inconfundible de aroma a incienso, que nos acompañó durante todo el viaje. En el laberinto de tiendas, también puedes encontrar talleres donde se confeccionan y es posible comprar los kummass, los gorros tradicionales de los omaníes y las abayas, túnicas de color negro que visten las mujeres.
Y cómo no, el lujoso zoco del oro, emplazado en la parte oeste del souk, regentado sólo por omaníes y en el que se suceden una tienda tras otra, con una amplia oferta de joyería y piedras preciosas que siempre te sorprenderá.
Y cómo no, el lujoso zoco del oro, emplazado en la parte oeste del souk, regentado sólo por omaníes y en el que se suceden una tienda tras otra, con una amplia oferta de joyería y piedras preciosas que siempre te sorprenderá.
A pocos metros del souk, se levanta una de las mezquitas más hermosas de Mascate, la Mezquita Al Lawatiya, con su cúpula y mirarete de color azul turquesa, de gran belleza, que se elevan sobre el cielo de Mascate. Por desgracia, igual que pasa con las demás mezquitas de Omán, sólo puede ser visitada por los musulmanes, salvo la impresionante Gran Mezquita del Sultán Qaboos.
Caminamos tranquilamente por el corniche, 4 km nos separan del Viejo Mascate, el paseo está jalonado de casas de planta baja con sus fachadas en color blanco, y entre las que aún se puede admirar las lujosas casas de mercaderes, que hicieron fortuna en el comercio de las Indias, sobre un fondo de color siena coloreado por las montañas que rodean a Muscat, y donde se alzan pequeñas atalayas, testigos de la dominación portuguesa durante el siglo XVI, y el Fuerte de Muttrah de 1580, que domina la zona este del corniche.
Continuamos la ruta por el paseo marítimo, atravesando los parques de Al Riyam y Kalbuh Bay, en lo más alto de la colina llama nuestra atención un enorme quemador de incienso, con una peculiar forma que asemeja a un ovni.
Atravesamos la monumental Puerta de Entrada que nos da la bienvenida al Viejo Mascate. Deambulamos por las impolutas y casi desiertas calles del Old Muscat, encontrándonos a nuestro paso, solo algún empleado a la salida del trabajo, en contraste con la continua actividad de Mutrah, camino del icónico Palacio del Sultán. En el Viejo Muscate se concentran la mayoría de los edificios gubernativos del país, convirtiéndose en la sede administrativa del Sultanato y lugar de trabajo para muchos omaníes.
Nos acercamos hasta la verja de entrada del Palacio del Sultán, que delimita el acceso a su interior, con su característica fachada pintada en tonos azul y dorado a la que se adosan las curiosas columnas en forma de seta. El palacio, actualmente, no se utiliza como residencia del sultán, sino como sede para la celebración de recepciones oficiales.
La bella panorámica que se tiene desde el Palacio está flanqueada por dos fuertes de la dominación portuguesa durante el siglo XVI, a pocos metros el Fuerte Mirani, en el lado este del puerto y el fuerte Al Jalali, construido en 1580 por los portugueses para combatir el ataque otomano sobre la ciudad, dominado por dos torres.
Omán nunca había estado en mi lista de destinos, pero hace un tiempo leí unas entradas en un blog sobre el país y me quedé alucinada; con tu entrada corroboro que merece mucho la pena. Me encantan esos mercados de pescado. Un saludito.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Caliope.
EliminarOmán es un destino por descubrir, que guarda lugares muy interesantes desde el desierto hasta el mar.
Un saludo.
Hacia allí volamos está noche... Que ganas de Zoco y mezquitas.... Visteis algo más a parte de Mascate? Mil gracias por la info!!
ResponderEliminarGracias por el comentario y bienvenidos a El mundo a tus pies !!
EliminarSí, alquilamos un coche en Mascate y nos fuimos camino de la aventura por los pueblos pesqueros de la costa hacia Sur. Luego, seguimos la ruta a Nizwa, donde descubrimos el mercado de animales, que se celebra los viernes por la mañana.
Un saludo y disfrutad del viaje !!