Cartagena de Indias, conocida como la "Ciudad Heroica" por los cartageneros, fue fundada por el conquistador español Pedro de Heredia en 1533, tras ocupar el territorio que se conocía como Calamarí, que en lengua indígena significa cangrejo. Durante la época colonial española fue un importante puerto de embarque de los tesoros de la Corona. La hermosa ciudadela fortificada, resguardada por el Castillo de San Felipe de Barajas y declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1984, está conformada por una red de calles empedradas, jalonadas de cuidadas casas coloniales con fachadas pintadas en alegres colores a las que se asoman balcones de madera embellecidos con flores, iglesias centenarias y plazas con encanto.
Atravesamos la Puerta del Reloj, también conocida por los cartageneros como Boca del Puente, debe su nombre a que durante la época colonial se levantaba a sus pies un puente levadizo. Principal puerta de entrada a la bella ciudad amurallada y uno de los símbolos de la Heroica para acceder a la Plaza de los Coches y adentrarnos en la ciudad colonial, bajo los soportales de la plaza se encuentra el Portal de los Dulces, en él se concentran numerosos puestos en los que se venden especialidades para los más golosos, panelitas, cubanitos, suspiros,cocadas,...recetas transmitidas de generación en generación y despachadas por las vendedoras locales de la región.
A pocos metros se halla la amplia Plaza de la Aduana, que conserva el antiguo edificio de la aduana construido durante la época colonial. En sus orígenes se conocía como la Antigua Real Contaduría, al establecerse las oficinas reales en la plaza. En 1790 la administración de la Aduana se estableció en el edificio, cambiándose el nombre de la plaza a la denominación actual.
La Plaza de San Pedro, una de las plazas con más encanto de Cartagena, jalonada de cuidadas casas coloniales pintadas en mostaza, amarillo y blanco, decorada con esculturas de hierro, entre las que destaca la del misionero jesuita, Pedro Claver, conocido como el esclavo de los esclavos. En la colorida plaza se levanta el templo, caracterizado por la severidad de su arquitectura y la casa museo San Pedro Claver que en su interior alberga un claustro porticado rodeado de vegetación tropical, el museo atesora entre sus muros piezas de arte religioso, pinturas y esculturas.
Continuamos la ruta hacia la Plaza de Santa Teresa, que alberga bellas construcciones de la época colonial, alguna de ellas acogen en su planta baja bares y restaurantes que disfrutan de sus terrazas al aire libre, donde hacer un alto en el camino. En la plaza se encuentra el museo Naval, que ocupa un edificio colonial del siglo XVII, sede del primer colegio de la compañía de Jesús en América, en su interior restaurado en 1994, se explica de una manera didáctica las batallas libradas por la ciudad como principal puerto en la época colonial y su posterior lucha por la independencia.
Seguimos el camino por las calles Antonio Ricaute y de las Damas salpicadas de bellas casas coloniales con balcones de madera, algunos de ellos en galería y engalanados con flores. Es una estampa que se repite cuando paseas por el casco histórico, convirtiéndose en una especie de museo al aire libre, mires a donde mires, tu retina captará la bella imagen de una arquitectura colonial que te cautivará.
El Parque de Bolivar, el antiguo ágora de la época colonial. Hoy es uno de los rincones favoritos y lugar de encuentro de los cartageneros, que acoge en su recinto interesantes tertulias y partidas de ajedrez, a la sombra de los árboles centenarios. La plaza está enmarcada por el Museo del oro y el Palacio de la Inquisición, dos de las más importantes construcciones de Cartagena. En el centro de la Plaza se levanta la escultura de Simón Bolivar, el Libertador, monumento que da nombre al Parque. Bordeando la plaza, siempre encontrarás puestos callejeros para adquirir alguna bebida o algo de comer.
El Museo del Oro, de entrada gratuita, merece ser visitado si se dispone de tiempo, como fue nuestro caso. En sus salas alberga una interesante muestra de las culturas prehispánicas que habitaban las llanuras del Caribe, en especial de la cultura zenu. Destacan las magníficas piezas en oro, orfebrería y los vestigios de las ceremonias funerarias.
Enclavado también en el Parque, el Palacio de la Inquisición está considerada la construcción civil más importante de Cartagena, data de 1770. En la fachada, formada por rejas en la planta baja y balcones cubiertos en la primera planta, destaca su excepcional portada barroca, finamente tallada en piedra coralina. En su interior, que acoge el Museo Histórico de Cartagena, contrasta su bello patio interior porticado con los oscuros calabozos, que aún conservan los macabros elementos de tortura ideados por el Tribunal de la Inquisición para forzar confesiones de los que consideraban herejes o de los acusados de practicar brujería.
Seguimos la ruta por el bello centro histórico de la Heroica, la calle de Nuestra señora del Carmen que nos conduce a la bulliciosa Plaza de Santo Domingo, rodeada de cafés y restaurantes con animadas terrazas donde la música en vivo está siempre presente. Preside la Plaza el Monasterio y la iglesia de Santo Domingo, uno de los templos más antiguos de la ciudad. Si visitas su interior, destaca el retablo barroco. Culmina la Plaza la escultura de Gertrudis, de Fernando Botero, más conocida por los cartageneros como la gorda, un toque de arte que se integra perfectamente en la plaza.
Nos despedimos de la festiva Plaza de Santo Domingo para continuar por la calle Factoría, donde se encuentra una de las casas más representativas de la época colonial, la casa del Marqués de Valdehoyos, del siglo XVIII, que desempeñaba las funciones de residencia y lugar de comercio, sus ingresos provenían de la harina y el tráfico de esclavos. Su amplia fachada reúne las características de la arquitectura colonial, rejas de madera en las ventanas del entresuelo y el majestuoso balcón en la planta superior, en su interior destaca el patio con arcos de medio punto.
Paseamos por las cuidadas calles del corazón de Cartagena, la Plaza de la Merced y las calles de don Sancho y de la Iglesia que por un momento nos trasladan a la época colonial, camino de la Catedral, orgullo de los cartageneros, contemplando su majestuosa torre, que se alza en el cielo de la Heroica, por encima de los tejados de las bellas casas coloniales. En cualquiera de sus calles, siempre encontrarás un local donde tomar alguna bebida fresca para combatir el intenso calor o degustar el café colombiano.
La Catedral situada en la Plaza de la Proclamación, donde se proclamó la independencia de Colombia el día 11 de noviembre de 1811, ha sido testigo desde su construcción a finales del siglo XVI de la historia de la Heroica. En su interior, que se encontraba en obras, destaca el altar mayor elaborado en madera dorada y el púlpito de mármol de estilo florentino. Nos despedimos del centro histórico de Cartagena de Indias para visitar San Diego y Getsemani, dos de los barrios más populares de la ciudad y de los que escribiremos próximamente.
Si queréis leer más, os recomiendo el post Cartagena de Indias, visita a la más bella ciudad colonial de Colombia.
Si tengo ganas de ir a Colombia es precisamente por ver esta ciudad!!! Qué bonita! Por sus edificios de estilo colonial me recuerda muchísimo al Viejo San Juan de Puerto Rico.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Carmen. Cartagena sí tiene un aire a San Juan de Puerto de Rico, ambas albergan bellos edificios coloniales. La verdad, que a mi me gustaron mucho Cartagena y el Viejo San Juan, difícil escoger una de las dos.
EliminarUn abrazo.