Wadi Shab, desfiladero entre acantilados en lengua árabe, un cañón imponente salpicado de palmeral y piscinas naturales de aguas cristalinas, azul turquesa. El increíble contraste entre la piedra caliza de las paredes del cañón, erosionadas por el transcurso del tiempo, que han formado cuevas y cavidades con caprichosas formas y el oasis. Y tras una caminata entre piedras llega la recompensa final, sumergirse en las aguas cristalinas y profundas de las pozas, mientras contemplas la grandiosidad del valle, uno de los momentos más mágicos del Viaje a Omán.
CÓMO LLEGAR A WADI SHAB
Enclavado en la costa este del Sultanato de Omán, en la región de Ash Sharquiyah, cercana a su capital, la tradicional ciudad de Sur. Para llegar a Wadi Shab hay que coger la autopista 17 que une Sur con Mascate, tras 42 km tomamos el desvío hacia Wadi Shab para llegar al aparcamiento. Al lado del aparcamiento se encuentra el embarcadero, donde hay que tomar una pequeña embarcación para pasar a la otra orilla, 1 OMR ida y vuelta, donde se inicia la ruta por el wadi.
WADI SHAB, UN BELLO REGALO DE LA NATURALEZA
Caminamos, tranquilamente, por el desfiladero, algunos tramos son resbaladizos por lo que es conveniente caminar con precaución, sobre todo al final del recorrido cuando el camino se realiza sorteando piedras y siempre contemplando la grandiosidad del valle que en cada giro encontrarás algo que te sorprenderá y de repente, el milagro de la vida, cómo surge en medio de la nada, un exuberante palmeral y un pequeño y bello salto de agua rodeado de piedra caliza, un paraíso natural inolvidable y que te envuelve.
El desfiladero está pespunteado de pozas naturales de color azul turquesa, de diferente profundidad, aunque la mayoría tienen el baño prohibido por motivos de seguridad. Tendrás que continuar hasta el final, para disfrutar de un baño refrescante.
En el camino, llama la atención el ingenioso sistema de regadío, falaj, que permite a los locales cultivar pequeñas huertas, y que provoca que en algunos tramos te veas obligado a caminar sobre los canales que forman los aflaaj.
En la ruta por Wadi Shab tus ojos no se pueden distraer en ningún momento para poder admirar las cuevas y cavidades que se asoman a tu paso, y que adoptan caprichosas formas provocadas por la erosión de la roca del valle, un bello regalo de la naturaleza.
Y al cabo de una hora de caminata, llega la recompensa final, un oasis de piscinas naturales, zambullirse en sus cristalinas aguas, relajándose, sin prisa, olvidándose del calor y del cansancio del viaje, nadando entre las diferentes pozas, mientras contemplas las majestuosas paredes del Wadi Shab que se elevan vertiginosamente, un paraje natural sin parangón. Y para los más aventureros, la guinda final, llegar nadando a una cueva, parcialmente sumergida en las aguas trasparentes de las piscinas.
Que lugar más hermoso, ¡gracias por la reseña!
ResponderEliminarCarolina, gracias por tu comentario y bienvenida a El mundo a tus pies !!!
EliminarWadi Shab es un paraje natural muy bello, que merece la pena ser visitado.
Un saludo.
Me estaba dando mucha pena al principio de la lectura cuando decías que estaba prohibido el baño, pero veo que en esa zona si que dejan y a juzgar por las fotos debe de ser una experiencia perfecta por ese entorno tan bonito.
ResponderEliminarUn abrazo
Carmen
Gracias, Carmen. Durante el recorrido por el wadi hay pozas en las que está prohibido el baño por motivos de seguridad, pero tras casi una hora de caminata llega la recompensa final, un oasis de piscinas naturales en las que sí está permitido el baño.
EliminarUn abrazo.
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