Seychelles, un paraíso por descubrir

  Recién llegados de las Islas Seychelles, apenas deshechas las maletas, redactamos este post, con las sensaciones vividas aún latentes que os intentaremos transmitir. Regresamos con nuestras retinas repletas de las bellas imágenes que nos han dejado sus playas paradisíacas, alguna de ellas casi desiertas, recordando el tacto de sus arenas blancas y finas, enmarcadas entre rocas de granito que adoptan caprichosas formas, bañadas por las aguas cristalinas y de color azul turquesa del Océano Indico, aguas cálidas, ideales para darse un chapuzón, a veces con precaución por el oleaje.

 
   Sus fondos marinos, de una gran riqueza, hay que explorarlos, albergan infinidad de especies de peces exóticos que habitan entre el coral, el más fácil de ver es el pez mariposa, nos recordó a la visita que hicimos en Hurghada, en el Mar Rojo . No hay que sumergirse a gran profundidad ni adentrarse muchos metros en el mar, cerca de la orilla, hay zonas para practicar snorkel o puedes tener la suerte de nada más entrar en el agua, verlos y poder nadar con ellos, como nos pasó en Anse Source d`Argent en La Digue, la isla más pequeña y tranquila que visitamos y que conserva su esencia rural. Pero Seychelles es algo más que playas, sus islas acogen una asombrosa belleza natural, desbordante y exuberante, naturaleza en estado puro y así la pudimos ver en el Valle de Mai y en la Reserva Natural de Fond Ferdinand en Praslin, sus paisajes espectaculares nos sorprendieron.

    Uno de los grandes recuerdos de este viaje nos lo ha dejado la visita a la Isla Curieuse, la travesía de unos diez minutos en una barca desde Anse Volbert en Praslin hasta la bahía Laraie en la Isla, solo era el principio de una gran experiencia, conocer su Parque Nacional Marino, donde las protagonistas son las tortugas gigantes de Aldabra, verlas en libertad, poder tocarlas, será algo difícil de olvidar. 

   

   Victoria, la pequeña capital de Mahe, nos acogió con su colorido y animado mercado de frutas y verduras, muy cerca de él, se encuentra el templo hindú, llamativo por su arquitectura y el entorno en que se encuentra, su interior se puede visitar, por un momento, nos trajo recuerdos del templo que descubrimos en Singapur, Sri Veeramakaliamman . El centro histórico de Victoria es pequeño y no nos llevará mucho tiempo visitarlo.

    Nos quedamos con la amabilidad y la sonrisa con la que nos han recibido siempre en Seychelles, hemos compartido buenos momentos con ellos, departiendo en francés e inglés, dos de las lenguas oficiales de Seychelles, junto con el criollo. Y nos ha desesperado la red de autobuses de Praslin, hemos recorrido la Isla de un extremo a otro en autobús y por ello, nos hemos pasado horas esperando en las paradas, horarios hay, pero son inciertos, ni los mismos locales te saben decir con exactitud cuando va a pasar y cuando adivinas su silueta azul a lo lejos después de una larga espera, te produce una alegría inmensa que se disipa, cuando se acerca y compruebas que va lleno, pero lleno de verdad, de no caber ni un alfiler y sigues esperando y pasa el siguiente que va tan lleno como el anterior y así, hasta que optas por hacer auto-stop para poder llegar a la visita guiada en la Reserva Natural de Fond Ferdinand, donde crece el endémico coco de mer. Eso sí, cuando consigues coger un autobús, es toda una experiencia, la velocidad y la sinuosidad de algunos tramos de la carretera, hacen que por momentos pienses que estás subido a una montaña rusa.

     Nos despedimos con las imágenes del vuelo interno que nos acercó en menos de quince minutos de Victoria a Praslin, en su interior, siete filas de asientos y sólo cuatro pasajeros a bordo. Durante el viaje pudimos contemplar, no sólo las islas que salpican el Océano Índico, sino también las maniobras de despegue y aterrizaje de los pilotos del avión , gracias a que su cabina está abierta. Toda una experiencia, que recomendamos a cualquier viajero.
Las Islas Seychelles van a su ritmo y nosotros hemos intentado adaptarnos a él, exprimiendo al máximo cada unos de los instantes que hemos pasado allí.

        Poco a poco, os iremos descubriendo el viaje a las Islas Seychelles.