La Reserva Natural de Fond Ferdinand, donde crece el coco de mer

 
   La Reserva Natural de Fond Ferdinand, uno de los secretos mejor guardados de la isla de Praslin en Seychelles,  un paraje natural boscoso habitat de uno de los frutos más sorprendentes del planeta, el coco de mer, con su característica forma de pubis femenino. Un sinfín de escaleras nos conducen a los principales puntos de interés de la reserva natural y en la cima la recompensa final, las mejores vistas panorámicas de las islas de Mahe y la Digue y la Bahía de Santa Ana.

 


    Después de esperar más de una hora por los buses que en sentido Consolación nos llevarían a las puertas de la Reserva y que pasaban llenos, nos decidimos a hacer auto stop, no tuvimos que esperar más de cinco minutos para que un vehículo se detuviese y su conductora nos llevase amablemente a la entrada de la Reserva Natural de Fond Ferdinand. Previo paso por taquilla, 125 rupias, nos unimos a la visita guiada que había comenzado minutos antes, a las 11 de la mañana.

La Reserva Natural de Fond Ferdinand en Praslin se encuentra situada en la Bahía de Santa Ana, en la carretera de Anne Marie Louise, una pequeña señal de color rojo, al lado de un campo de fútbol indica el camino. El precio de la entrada 125 rupias, incluye la visita guiada. Una alternativa más auténtica y económica al Valle de Mai.

 
 







    El camino hacia la cima es escalonado, pero accesible, a la sombra de la exuberante y tupida vegetación que nos protege del sol y que hace más llevadera la ascensión, aunque recomendamos llevar agua abundante para beber, porque la vas a necesitar. Varias son las paradas en puntos de observación de flora y fauna, los cuales están convenientemente señalizadas en el camino.

Durante el siglo XVIII las corrientes de mar trasladaron los cocos con sugerentes formas pélvicas a la India y Sri Lanka, surgiendo la leyenda entre los marineros que surcaban los mares de que la palmera procedía de los bosques que crecían en el fondo del océano. Hasta que en 1768 el explorador francés Marc Joseph Marion du Fresne llevó un ejemplar a Mauricio, en la isla un botánico lo identificó como el coco de mer.

 
 


   El motivo principal que nos había llevado a Fond Ferdinad era para contemplar el coco de mer, el fruto de la lodoicea maldivica hembra con una peculiar forma que asemeja el pubis de una mujer y que puede llegar a pesar 20 kg, convirtiéndola en la semilla más grande del mundo. Durante el recorrido pudimos observar varios ejemplares de la palmera que da este peculiar fruto.

Las reservas naturales de Fond Ferdinand y el Valle de Mai en Praslin y la vecina isla de Curieuse son los únicos lugares donde se puede contemplar las palmeras de coco de mer, especie endémica y autóctona. 

 



    Continuamos la ascensión, que atraviesa la tupida selva, deteniéndonos en los puntos de interés, no deja de sorprender la palmera macho del coco de mer, de mayor altura que la hembra, cuya espiga es de gran grosor y tamaño, con llamativas flores de color amarillo.

El árbol de la vainilla y otras especies autóctonas de la isla, que podemos contemplar en la subida, hacen que merezca el esfuerzo realizado.

La palmera de coco de mer, lodoicea maldivica, especie protegida, de la que se han contabilizado 8282, es una palmera dioica, es decir con ejemplares macho y hembra. Sólo la hembra produce el conocido coco que puede llegar a pesar más de veinte kilos, convirtiéndola en la semilla con más peso del reino vegetal.

 
   Tras una hora y medida de subida, a pocos metros de la cima, se llega al primer mirador, donde contemplamos las islas de Mahe y la Digue. Tras la pequeña parada, continuamos ascendiendo hasta el punto más alto de la reserva natural, donde admiramos la bella Bahía de Santa Ana y otras pequeñas islas como Ave María, que se divisan en el horizonte, envueltas en aguas azul turquesa.