Anse Lazio, la playa más bella de Praslin, un camino de continuas subidas y bajadas en un paraje exuberante de verde naturaleza conduce a la bella playa, tapizada por una fina arena blanca, sus templadas aguas de color azul turquesa bañan la playa entre ola y ola, encuadrada por una verde y frondosa naturaleza y grandiosas rocas graníticas que adoptan caprichosas formas, erosionadas por el devenir del tiempo y la erosión del mar, formando un conjunto inigualable, que te envuelve y deja instantáneas grabadas en tu retina difíciles de olvidar.
Iniciamos un nuevo día en las Islas Seychelles, hoy íbamos a visitar Anse Lazio, la playa más hermosa de Praslin. Antes de acercarnos a la parada de autobuses, hicimos una pequeña parada en la iglesia Anglicana, caracterizada por un interior sencillo que nos acoge pintado en un tono azul claro que aporta mayor luminosidad. Luego, y tras esperar más de una hora en la parada de bus, ya que al ser festivo la frecuencia de los autobuses es menor, por fin conseguimos subirnos al autobús local en dirección Anse Boudin, vía Valle de Mai para bajarnos en la última parada.
El camino que conduce a la playa, es un trayecto de algo menos de media hora con continuas subidas y bajadas, en un entorno de frondosa naturaleza que se reparte a ambos lados del paseo y en la que entre otras especies podrás ver hasta bambú. Ya desde el camino pudimos vislumbrar al fondo el agua azul turquesa del Océano Índico, un pequeño adelanto de lo que nos estaba esperando.
El camino que conduce a la playa, es un trayecto de algo menos de media hora con continuas subidas y bajadas, en un entorno de frondosa naturaleza que se reparte a ambos lados del paseo y en la que entre otras especies podrás ver hasta bambú. Ya desde el camino pudimos vislumbrar al fondo el agua azul turquesa del Océano Índico, un pequeño adelanto de lo que nos estaba esperando.
Anse Lazio, considerada una de las playas más bonitas de la tierra, nos recibió con un espectacular cielo azul. Alfombrada por una fina arena blanca, sus aguas cálidas y azul turquesa bañan la playa entre ola y ola, enmarcada por una verde y exuberante naturaleza y espectaculares rocas graníticas, con caprichosas formas, erosionadas por el paso del tiempo, formando un conjunto idílico y único, difícil de olvidar y que no te cansas de fotografiar. La bella playa es de mayor tamaño que Anse Georgette, la cual habíamos visitado unos días antes.
Si vas buscando tranquilidad, al final de la playa, atravesando las rocas graníticas hay una pequeña y recóndita cala. Pero no hemos venido hasta aquí, solo para visitar la playa, también queremos empaparnos del ambiente playero, y disfrutar de un baño en las templadas aguas de Anse Lazio, con precaución por el oleaje. Si lo que te apetece más es hacer snorquel, la playa cuenta también con una zona para su práctica, fuera de esta zona, durante el baño, no vas a ver peces.
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