Los Templos de Abu Simbel, en el corazón del desierto de Nubia, a orillas del lago Naser, excavados en la dura roca granítica se levantan los imponentes templos de Ramses II y Nefertari. Su construcción comenzó en el año 1284 AC, durante el mandato del tercer faraón egipcio de la dinastía XIX, Ramses II para conmemorar la victoria en la batalla de Kadesh y como homenaje a su esposa, Nefertari. Abandonados durante siglos y descubiertos a principios del siglo XIX por el explorador Burckhardt. En 1964, como consecuencia de la construcción de la presa de Aswan, los templos fueron traslados piedra a piedra, una proeza de la ingeniería.
Eran las 3,30 de la mañana cuando nos dirigimos a un modesto hotel situado enfrente del corniche, donde una furgoneta, en compañía de otros viajeros, en su mayoría americanos, nos iba a llevar a visitar el monumento más grandioso esculpido en roca, los templos de Abu Simbel, la joya de los tesoros de Nubia.
No menos bello es el interior del templo, envuelto en un halo de misterio. El santuario está dividido en salas que van disminuyendo su tamaño en proporción a su cercanía al santuario. La gran sala hipóstila, formada por ocho pilares con forma de Osiris y donde no podemos dejar de detenernos para admirar con calma las magníficas pinturas de la diosa Nejbet con las alas desplegadas y las escenas de las batallas que reproducen con gran realismo las victorias de Ramses II en Libia, Siria y Nubia y que se encuentran en buen estado de conservación. La segunda sala hipóstila con cuatro pilares, la sala de las ofrendas, las salas secundarias y el santuario donde dos veces al año, el 21 de febrero y el 19 de octubre, el sol atraviesa con precisión milimétrica el interior de la sala, igual que lo hacía hace más de 3.000 años para iluminar las imágenes de Amon, Ra y Ramses, dejando en penumbra a Ptah, dios fúnebre.
Nosotros visitamos primero el Templo de Nefertari, para evitar los grupos que en ese momento se agolpaban para visitar el Templo de Ramsés II, una forma de realizar la visita de forma más tranquila, buscando un momento de soledad entre la muchedumbre para disfrutar de los espléndidos interiores de los templos, apenas había gente en el Templo de Nefertari, y también, para ir de menos a más, dejando el templo más importante para el final.
Nosotros visitamos primero el Templo de Nefertari, para evitar los grupos que en ese momento se agolpaban para visitar el Templo de Ramsés II, una forma de realizar la visita de forma más tranquila, buscando un momento de soledad entre la muchedumbre para disfrutar de los espléndidos interiores de los templos, apenas había gente en el Templo de Nefertari, y también, para ir de menos a más, dejando el templo más importante para el final.
A pocos metros se levanta en la roca de la montaña, el soberbio templo de Nefertari, homenaje de Ramses II a su esposa y conocido también como templo de Hathor, diosa del amor. Su fachada es magnífica, seis enormes estatuas de 10 metros de altura, cuatro de Ramses II y otras dos de su esposa Nefertari, todas con la pierna adelantada, simulando estar caminando.
Su interior es de gran belleza, dividido en estancias, la gran sala hipóstila, formada por seis columnas, tres a cada lado, decoradas con imágenes de la diosa Hathor e inscripciones históricas del Faraón y su esposa. El vestíbulo, las salas secundarias y el santuario, donde se representa a la diosa Hathor.
Para fotografiar el interior de los templos, hay que sacar una entrada para poder realizar fotos, suele haber varios empleados controlando y solicitándola si te ven sacando una foto.
Nos fuimos alejando poco a poco, aún emocionados y sin querer irnos, contemplando desde la distancia los impresionantes Templos de Ramses II y de Nefertari con las colosales estatuas que presiden sus bellas fachadas, una imagen imborrable, que perdurará para siempre en la memoria de los Grandes Viajes.
precioso Egipto. Que ganas de ir!!!
ResponderEliminarPol, gracias por tu comentario y bienvenido a El mundo a tus pies !!
EliminarEgipto es un país que no deja de sorprender. Espero que puedas visitarlo pronto.
Un saludo.