A punto de finalizar el año 2023, una vez más echamos la vista atrás y hacemos memoria de todos los viajes que hemos realizado durante este último año, recordándolos con nostalgia y cariño porque cada uno de ellos es un trocito de El mundo a tus pies. En estos doce meses hemos viajado con todos los amigos de El mundo a tus pies a sitios tan diferentes como...
Comenzamos el año de la mejor manera en Camboya, cumpliendo nuestros deseos de regresar al Sudeste Asiático. La capital Nom Pen, fue nuestro primer destino, crisol de arquitectura jemer, colonial y moderna,, animada siempre por sus bulliciosos mercados y asomada al río Mekong Batambang fue nuestra siguiente parada, ciudad en la que todavía queda huella de su pasado colonial y donde templos milenarios nos esperaban. Siem Reap, la puerta de entrada a los inigualables templos de Angkor, hinduismo y budismo se fusionan en sus templos, diseminados entre su naturaleza salvaje. El viaje continuó hasta Kampong Cham, donde cruzamos el puente colgante de bambú, toda una experiencia. La última parada fue Kratie con sus idílicos atardeceres a orillas del río Mekong.
En el mes de marzo nos escapamos a Chipre, nuestro punto de partida fue Larnaca, conocido por su lago salado y su casco antiguo donde destaca la iglesia de San Lázaro, una joya bizantina del siglo IX. En Nicosia, atravesamos la frontera para visitar el norte de la isla, la República Turco chipriota, una extraña combinación de una población turco chipriota minoritaria y una gran mayoría de población procedente de Turquía. La visita más esperada fue Famagusta y la ciudad fantasma de Varosha, en los años 70 era un destino turístico de primera, pero todo cambió con la invasión turca de 1974, sus habitantes tuvieron que abandonar precipitadamente sus viviendas y el tiempo se detuvo para siempre. Kyrenia, fue la sorpresa del viaje, perderse por sus estrechas y laberínticas callejuelas del centro histórico y asomarse al antiguo puerto veneciano. Cruzamos nuevamente la frontera y nos dirigimos a la turística ciudad de Pafos, que conserva dos yacimientos arqueológicos Patrimonio de la Humanidad, Kato Pafos y la tumba de los Reyes. Y que nos permitió visitar las cercanas montañas de Troodos, en las que se ubican bellos monasterios y pueblos con encanto.
En mayo, atravesamos el Círculo Polar Ártico , un paisaje que contemplamos desde el avión y que no necesita palabras, para llegar a Vancouver en Canadá que acoge el bello parque de Stanley Park, que guarda un conjunto de tótems en Brockton Point. De ahí nos trasladamos a Alaska, Sitka fue el inicio de nuestra ruta y el descubrimiento de los impresionantes paisajes de Alaska. La siguiente parada fue el fiordo de Tracy Arm, con sus montañas que se elevan al cielo, habitada por osos, sus cascadas y los icebergs flotando a la deriva en sus gélidas aguas, desprendidos de los glaciares. Juneau, fue el siguiente destino en Alaska con el increíble glaciar Mendenhall. En Haines, una ruta en coche nos llevó por unos parajes naturales espectaculares y cuál fue nuestra sorpresa cuando en el recorrido nos adentramos en el río Chilkat y de repente apareció un enorme oso negro que plácidamente y nos dejó atónitos. La última parada del inolvidable viaje a Alaska fue Ketchikan, el corazón de la ciudad es Creek street el antiguo barrio rojo hasta que en 1954 se prohibió la prostitución.
A finales de junio nos fuimos a conocer Azerbaiyán, Baku la capital, fue el punto de partida, una fusión perfecta entre tradición y modernidad. Hay que adentrarse en la ciudad vieja Patrimonio de la Humanidad y perderse por su callejuelas, salpicadas de casas tradicionales a las que se asoman los tradicionales balcones de madera, mezquitas, caravasares y laberínticas calles empedradas. Una de las visitas desde Baku son los Petroglifos de Qobustan, Patrimonio de la Humanidad, estos grabados excepcionales, datan de la Edad de Piedra y se ubican en una amplia zona montañosa, donde puedes visitar cuevas y numerosas muestras de este arte rupestre. Quba, capital de un antiguo kanato del siglo XVIII y situada en la ladera este del Cáucaso fue nuestra siguiente parada y la base para las excursiones que haríamos los siguientes días. Las panorámicas del pintoresco pueblo de Laza, abrazado por la montaña Shahdag, donde sobrevuelan las águilas desde lo más alto y sus gentes hospitalarias que nos acogieron y con los que pudimos compartir buenos momentos, mientras nos relataban cómo era su vida en el pueblo. De noche, en Quba, fuimos testigos de un seísmo y sentimos con fuerza como un terremoto movía las paredes de nuestra habitación,. Al día siguiente, nos fuimos a conocer Xinaliq un pueblo situado a 2340 metros de altura en las montañas del Gran Cáucaso, a bordo de un destartalado lada de la época soviética, ascendimos por una carretera escénica vertiginosa con amplios precipicios y zigzagueando la montaña hasta lo más alto. Continuamos la ruta por el país en Gabala donde tomamos un funicular que nos llevó a la montaña de Tufandag. Sheki, antigua ciudad de la ruta de la seda, fue nuestra siguiente parada, cuyo centro histórico y el Palacio de los Khan están protegidos por la Unesco, el Palacio es una joya que justifica la visita. Desde Sheki nos acercamos en marshrutka a Kish una aldea de montaña con calles adoquinadas que guarda un pequeño tesoro, la iglesia albanesa del siglo XII. Continuamos la ruta en Ganja, la base perfecta para visitar los bellos lagos de Goygol y Maralgol. Antes de regresar a Baku, visitamos en Ganja el Mausoleo de Imamzadeh, una joya del siglo XIV, con sus dos minaretes de estilo persa.
A finales de septiembre nos fuimos a Kenia, comenzamos el viaje en Nairobi, visitamos el centro de la ciudad que se articula entre el colorido City Market, el mercado de la ciudad y la mezquita Jamia. Desde Nairobi merece la pena visitar la Casa museo de Karen Blixen, la autora de Memorias de África y el Jiraffe center, el mejor lugar para interactuar con las jirafas en la capital de Kenia. Tras un par de días en Nairobi, comenzamos un safari privado, que nos iba a llevar a Amboseli el primer Parque Nacional que visitamos, territorio de elefantes y con la imagen icónica del Kilimanjaro, 5895 metros la montaña más alta de África. El lago Nakuru fue la siguiente parada, donde contemplamos como un manto rosado de flamencos cubría el lago y tras una ruta por el Lago, llegó el momento más inesperado, apareció el leopardo, el Big Five más escurridizo, acechando a una manada de cebras. Ya habíamos conseguido ver los Cinco Grandes y aún nos faltaba por visitar el famoso Parque Nacional de Masai Mara, donde conseguimos ver muy de cerca al león y nos asomamos al río Mara, donde todos los años tiene lugar la gran migración.
Acabamos el año en Chile e Isla de Pascua. Santiago de Chile, su capital, fue el punto de partida, ascendimos a uno de sus cerros, el de Santa Lucía para admirarnos con las espléndidas panorámicas de los Andes y el cercano cerro de Santa Cristobal. Y recorrimos su centro histórico en busca de los vestigios de su pasado colonial. Desde Santiago hicimos una escapada a la pintoresca ciudad de Valparaiso, un auténtico museo al aire libre, con sus casas colgadas de los cerros y decoradas con alegres murales, una de las gratas sorpresas del viaje, y Viña del Mar. Desde Santiago tomamos un avión para llegar a San Pedro de Atacama, la base perfecta para visitar las maravillas naturales que esconde como el Salar de Tara, también conocido como Piedras Rojas, un paraje natural fascinante de gran belleza a 3800 metros de altura y las lagunas altiplánicas Miscanti, Miñiques y Chaxa. Otra de las visitas imprescindibles son los Geyser del Tatio a 4200 metros de altura, un campo geotérmico donde se encuentran activos cerca de 80 geiseres que emanan fumarolas de hasta 10 metros y donde puedes observar como el agua emerge de las profundidades de la tierra y bulle a más de 85 grados, burbujeando ante tus ojos, toda una aventura. Dejamos atrás San Pedro para tomar un bus nocturno que tras 16 horas nos acercó a la Serena, una de las ciudades más bellas de Chile, fundada en 1544 por Pedro de Valdivia lo que la convierte en la segunda ciudad más antigua de Chile, a la orillas del oceano Pacífico y vigilada por su Faro Monumental. Desde la Serena, nos acercamos a conocer Coquimbo, con su decadente barrio inglés. Una de las visitas más bonitas desde La Serena es el Valle del Elqui, a los pies de la Cordillera de los Andes y donde el río serpentea por el valle a lo largo de 240 km para desembocar en el mar, ligado a la poetisa Gabriela Mistral, nacida en el Valle y al Pisco, bebida original de esta zona, la ruta te llevará a conocer sus bellos pueblos como Pisco de Elqui, o Vicuña. Nuevamente regresamos a Santiago para tomar un avión que nos llevó a la enigmática Isla de Pascua y sus moais, seña de identidad de la isla y que representan a sus ancestros más destacados, que después de muertos se pensaba que tenían el poder de proteger a su tribu. La isla situada en medio del Pacífico, forma parte de Oceanía y también de la Polinesia, fue descubierta en la Semana Santa de 1722 por Jakob Roggevven, hasta el descubrimiento era llamada por los locales El ombligo del mundo, te pito o te henua. Visitamos durante cuatro días los principales puntos de interés de la isla, desde nuestra base en Hanga Roa, llegamos hasta el norte, donde se ubica la paradisiaca playa de Anakena hasta el sur, donde se levanta el volcán Rano Kau, pasando por la interesante cantera donde se tallaban los moais en Rano Raraku, una vuelta completa a la isla, que ahora es obligado hacerlo acompañado de un guía, que ayuda a conocer mejor Rapa Nui.
Y ¿ cómo se presenta el 2024 ?, os preguntaréis, intentaremos que sea un año viajero, pero el tiempo lo dirá...Un abrazo y !!! Feliz 2024 !!!
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